JULIÁN PARRA IBARRA
Sin que se deje de lado temas fundamentales como el comportamiento de la tercera ola del Coronavirus y el regreso o no de las clases presenciales o mediante el sistema híbrido, en la Comarca Lagunera el tema central de las recientes semanas y lo será también en las próximas, es el debate sobre la realización del proyecto ‘Agua Saludable para La Laguna’, porque está en juego, sin que sea exagerado plantearlo de esta manera, el futuro de la región.
Durante más de siete décadas el sistema de acuíferos de la región ha venido siendo sobreexplotado, sobre todo el principal, a un ritmo de extraerle el doble del que se le recarga cada año, lo que ha generado el serio problema del hidroarsenicismo, causante de diversos tipos de cáncer entre los habitantes de municipios y comunidades de las partes más bajas de la zona, ya que la mayoría de los pozos de los que se extrae el agua para consumo humano por parte de los organismos operadores de los municipios, rebasan por mucho y desde hace un buen tiempo –aún los que están en la zona urbana-, los niveles de arsénico permitidos para los seres humanos.
El proyecto presidencial ofrece una solución para los próximos 30 años ¿y después? Heredarles el problema y la solución a las próximas generaciones.
Pero además en medio de toda la discusión el Gobierno Federal ha omitido en todo momento el origen del problema, que es la sobreexplotación provocada, sobre todo, debido a la extracción intensiva por parte de la industria lechera asentada en la región. Va a los efectos, pero no a las causas, porque no quiere tocar los intereses de los poderosos e influyentes que la han provocado.
¿Se puede probar científicamente que por el hecho de dejar de extraer agua del subsuelo para consumo humano se van a recuperar los mantos acuíferos de La Laguna tan castigados durante más de 70 años?
El proyecto promete que habrá agua limpia justo para un periodo que coincide con la proyección de las mismas dependencias federales, de vida de nuestros acuíferos. ¿Y después, qué va a pasar? ¿Nos vamos a quedar sin agua? ¿Se terminará la vida en La Laguna?
Por ello, no es exagerado decir que dependiendo de las decisiones que hoy se tomen, dependerá el futuro de La Laguna.
@JulianParraIba