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19 de mayo de 2025
Opinión

Dobleces

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  • mayo 19, 2025

El SME soy yo

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Al emular las añosas prácticas antidemocráticas del sindicalismo mexicano, Martín Esparza, sempiterno dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), moviliza la maquinaria del sindicato, en busca de la perpetuidad en el poder. Su delirio es consolidarse como dirigente por más de un cuarto de siglo.

La dirigencia de Esparza Flores está marcada por una serie de eventos que van desde chantajes, opacidad y bloqueo a la oposición interna. Su talante autoritario se debe a las voces sibilinas que, en la torre del sindicato ubicada en Insurgentes Centro 98, le recuerdan que “abrir” paso a un proceso democrático sería riesgoso porque saldrían a flote las acusaciones formales y los arreglos económicos extraoficiales de su dirigencia.

Ante las críticas, Esparza acusa que se trata de “una conspiración política de carácter golpista, orientada a sabotear deliberadamente el proceso electoral democrático”. Sin embargo, esta mascarada, la dispersa el grupo compacto del dirigente sindical para tapar el uso discrecional e ilegal de 50 inmuebles, 14 plantas de generación y manejar una compleja red de huachicoleo eléctrico.

En la parte electoral, Martín Esparza lleva el proceso y se convierte en juez y parte. Es la mano que señala, acusa y juzga al mismo tiempo. Convertidas en un búnker, las oficinas del sindicato son usadas como casa de campaña y centro de votación. El proceso de credencialización para el proceso electoral que definirá a la dirigencia 2025-2030 se convirtió en la trampa para descarrilar a los opositores.

Y es que la campaña de credencialización se llevó a cabo en las 12 divisiones del SME, y de un padrón de 15 mil 28 electricistas, solo renovaron 12 mil 464 su plástico; estos últimos son quienes podrán votar en la elección que se realizará entre el 16 y 27 de junio.

Desde la llegada de Martín Esparza a la Secretaría General, en 2009, la maniobra del fraude se consolidó como la única manera de controlar el sindicato. Los integrantes del sindicato saben que no es el personaje fuerte que dice ser en el interior de la cuatroté. Su tamaño en movilización es mediano, pero no es el movilizador de masas que fue hace 20 años.

Tras la extinción de Luz y Fuerza el 11 de octubre de 2009, por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, los trabajadores se reagruparon y tras varios meses de trabajo y negociaciones crearon la Cooperativa fondeada con 324 millones de pesos que aportaron los extrabajadores de la extinta LyFC. Con el paso del tiempo Esparza se apoderó de la empresa hasta controlarla en su totalidad, ya que mientras él y los 25 miembros del actual Comité Central del SME aparecen como socios en el acta constitutiva de Generadora Fénix, mientras que más de 28 mil trabajadores fueron excluidos del, ahora, sindicato-empresa.

Martín Esparza no es de fiar. La historia lo demuestra. Meses antes de la extinción de Luz y Fuerza del Centro fue notificado de la decisión presidencial. Sus respuestas eran la amenaza: “negociamos con luz o sin luz”. La situación la usó a su favor y utilizó a los trabajadores integrantes del SME para su beneficio político y nunca les avisó lo que venía.