Lleva Gerónimo Pavani su talento al Teatro Benito Juárez

*El músico argentino abre breve temporada en el recinto
Por Cristóbal Torres
México, 31 de enero (Notimex).— El músico argentino Gerónimo Pavani ofreció en el Teatro Juárez el primero de varios conciertos que dará todos los jueves hasta el 20 de febrero, para promover sumás reciente producción discográfica, INTI, en el cual se pueden escuchar reminisencias de su tierra natal, Argentina.
La velada inició con la participación de la intérprete Carmen María, oriunda de Tijuana, Baja California, quien interpretó tres piezas con guitarra acústica, algunas compuestas junto a su padre, entre ellas “No me hace falta nada” y “Toloache”. A pesar de ser la telonera, tuvo oportunidad de bisar.
Dirigiéndose al público dijo sentirse a gusto de estar en un escenario nuevamente, “es mi primera tocada de 2020, de hecho la primera de la década”, y enseguida dio paso a Pavani, a quien consideró un buen amigo que conoció en el taller de composición de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM).
Momentos después Gerónimo saltó al escenario acompañado de Ramiro Benetti, quien la mayoría del tiempo se encargó de la percusión. Pavani se atavió de un colorido jorongo, que tiempo después se quitó por el calor que sintió. Un pedal de bucles le permitió interpretar sus piezas con gran amplitud de sonidos, mostrando que dos músicos son suficientes para una buena velada.
El vacío de las butacas resultó proporcional al talento del músico: enorme. Ello no mermó el ánimo de los presentes ni del intérprete, quien en cada pieza dio una breve explicación de las mismas, demostrando un gran conocimiento de la música regional de su país, no sólo de El Rosario, su lugar de nacimiento, sino de otras zonas del norte de Argentina.
“Nadie es de alguien”, “Mira flores”, “Otoño”, “Caballos”, “Tantra” y “La insoportable levedad del ser” fueron algunas de las piezas que interpretó, en las cuales se encargó de ejecutar guitarra, teclado y caja chayera. Después de hacerse acompañar del bajista Sebastián de los Cobos y, nuevamente, de Carmen María, tuvo oportunidad de bisar en dos ocasiones, dejando que Benetti interpretara una pieza y despidiéndose con los micrófonos apagados en una interpretación a capela que fue bien recibida por el público.
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