Paralaje

Tijeretazos y recortes

Por Hugo Díaz Aguilera

“Los recortes que la federación está aplicando a los municipios de Coahuila solo nos dejan pensando en cómo le iremos a hacer para el próximo año en materia de obra pública y el gasto corriente que permite mantener en pie a las administraciones municipales”, me confió un alcalde electo recientemente.

Se habla de que pronto el poder legislativo estará discutiendo y analizando el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación elaborado por el poder ejecutivo y aterrizado a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito público que no es otra cosa más que la forma en que se distribuye y definen los recursos públicos para estados y municipios en el año fiscal 2025.

Aun y cuando ya se ha advertido que en caso de aprobarse como decía el clásico “sin cambiarle ni siquiera una coma” se verán mermados aspectos que inciden en el grado de competitividad que tenemos como país, resulta difícil pensar que la oposición en el Senado y la Cámara de diputados algo podrán lograr; solo resta apostarle al grado de creatividad que tengan los administradores estatales y municipales.

En Coahuila comenzarán 38 nuevas administraciones en igual número de municipios y es claro que dichos recortes aun y con el apoyo del gobierno estatal, impactaran de manera negativa, de entrada en el gasto corriente, es decir, en lo que se necesita en el día a día como luz, nómina, etc. Pero además en la realización de obra ya para no citar los ejes de salud y educación entre otros.

Los alcaldes y alcaldesas necesitan ponerse a trabajar desde el primer día para poder entregar resultados que se “acerquen” a lo prometido y planeado en campaña, ya no pidamos que vayan a cumplir, sino que más o menos se acerquen a lo prometido. El primero de enero veremos cómo no les darán chamba a todos los que se la prometieron, y ese va a ser el primer desencanto con quienes recorrieron la milla buscando el voto para sus candidatos.

En la región Carbonífera son 4 los municipios en donde llegarán administraciones distintas al partido de las administraciones salientes (solo en Progreso sale Lico con el PRI y llega Liquín con el PRI).

El resto de alcaldes y alcaldesas sabrán si reconocen estas circunstancias de una  vez o se pasan los próximos tres años culpando a los que se fueron de lo que les dejaron o de lo que no les dejaron. La segunda opción se puso en operación durante los tres años que Tania Flores mal gobernó Melchor Múzquiz y el resultado hoy está a la vista, un municipio por demás endeudado, con servicios primarios magros, poca infraestructura y en pésimas condiciones para atender lo elemental de los muzquences (recolección de basura, patrullas policiacas, tareas de drenaje, etc).

Pero en el llamado pueblo mágico los efectos de una mala administración no se reducen a lo anterior, pues trascienden a la ciudadanía como ente social, un grado de polarización que ha abonado, comentan a algunos, convirtiendo a Múzquiz en un auténtico catálogo de delitos como robos a domicilio, robo a transeúntes, balaceras, homicidios, asesinatos con brutal ferocidad, feminicidios, intento de privación ilegal de la libertad, suicidios, filicidio, entre otros: no por nada los muzquences le dieron la espalda en sus deseos de relegirse.

¡Señoras y señores, tienen en sus manos la oportunidad de trascender en nuestra sociedad o irse con todo y todo al basurero de la historia!