Paralaje

Escuela Parish

Por Hugo Díaz Aguilera

Una de las escuelas más emblemáticas de la ciudad de Sabinas, la Eduardo E. Parish que se ubica en la colonia Flores Magón, una de las colonias más antiguas de la cabecera municipal amaneció el pasado martes con una serie de letreros pegados sobre la barda perimetral, una gran manta pegada a la entrada principal y cadenas con candados en cada uno de los accesos a la institución educativa.

Los letreros junto con la manta denunciaban lo que algunos padres de familia consideran un abuso a los derechos fundamentales de sus hijos, junto con una victimización constante por parte de un alumno de tercer grado que los ha atacado incluso “sexualmente”.

El hecho motivó para que una persona de la Secretaría de Educación Pública encargada de este tipo de asuntos acudiera para dialogar con los inconformes y se retomaran las actividades de la escuela que estaba afectando a cerca de 400 alumnos y alumnas además del personal que ahí labora para cumplir con los programas de estudio.

Mas allá de ahondar en los hechos que se denuncian, vale la pena voltear a ver quién es la persona a la que se está acusando cuya expulsión inmediata de la institución está siendo solicitada por los manifestantes, los padres de familia. Se trata de un niño con características especiales en su comportamiento clínicamente calificado como Trastorno por Déficit de atención con Hiperactividad (TDAH).

De acuerdo con especialistas del tema, esta condición del niño puede sobrellevarse estableciendo un conjunto de estrategias y compromisos para poder brindarle al chico un entorno favorable, pero esto será si, y solo si existe la comprensión de los padres del niño para su condición de individuo con TDAH, pero además hay un acompañamiento fiel y permanente de éstos con su hijo.

Las denuncias de los manifestantes hablan de actos en el niño propios de un adulto, la pregunta es ¿dónde ve el niño estas acciones para luego imitarlas?, no han faltado quienes han señalado a los maestros junto con la directora de la escuela de ser unos irresponsables, incluso solapadores de las acciones del menor en contra del resto de los integrantes del salón, sin embargo, poco se dice del serio límite que se tiene en las escuelas para atender este tipo de casos.

Vale la pena retomar lo establecido en Ley para la Protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en el capítulo quinto artículo 21 inciso A, que el descuido, la negligencia, el abandono, el abuso emocional, físico y sexual detonan el derecho de la protección de niñas, niños y adolescentes contra actos u omisiones que puedan afectar su salud física o mental, su normal desarrollo, o su derecho a la educación en los términos establecidos en el artículo 3 constitucional, esto aplica para todas las niñas, niños y adolescentes.

Ojo con la baja inmediata en la escuela que solicitan los inconformes contra el niño señalado como agresor. 

Las dificultades del TDAH en cualquier escuela se superan fácilmente cuando además del tratamiento médico, hay comprensión y voluntad de apoyo de los adultos que interactúan con el niño (a). Por ello es necesario cerrar filas en torno a este conflicto, pero de una manera colaborativa, sin afectar los derechos de ningúno, pero ningún niño (a).