¡Wild Múzquiz!
Por Hugo Díaz Aguilera
El pintoresco pueblo mágico de Melchor Múzquiz, Coahuila, volvió a ser escenario de uno de esos capítulos calificados como sui géneris por las circunstancias que rodearon al hecho propio de una película al más puro estilo del viejo oeste cuando los considerados del sexo masculino medían el grado de su calidad de hombres a través de las armas de fuego y el enfrentamiento a golpes.
Pero antes de describir el peliculesco evento vale la pena retomar que las autoridades estatales en los distintos rubros buscan afanosamente impulsar al también llamado oasis del norte para que recupere ese halo de pueblo tranquilo, un auténtico punto de provincia en el que quienes lo visitemos podamos sentirnos como en casa, seguros y cómodos al disfrutar de sus bellos paisajes naturales, el aire fresco de la sierra de Santa Rosa, comer un delicioso machacado con huevo aderezado con un poco de oro verde (chile piquin) cuyo picante sabor únicamente se equipara al que da el oro rojo sonorense (chilpitin).
No por nada durante la administración de la priísta Luisa Alejandra Santos Cadena, Múzquiz fue elevado a la categoría de Pueblo Mágico con todo lo que ello significa y pintaba para convertirse en el pibote turístico de la Región Carbonífera y Cinco Manantiales, sin embargo la llegada a la presidencia municipal de una mujer llena de rencor y de odio hacia quienes consideraba enemigos por no dejarla cumplir su sueño de ser presidenta municipal, mandó todos los proyectos al caño.
Bajo el argumento de una serie de acusaciones cuatroteístas Tania Flores Guerra logró conquistar al electorado muzquence para llegar a ser presidenta y cumplir así su sueño, pero no sería para impulsar a la tierra que la vio nacer al progreso y al desarrollo como lo prometió en campaña, sino para cobrar una a una lo que ella considera afrentas de sus adversarios y enemigos políticos, Maguzo, Gachupin, los ganaderos, y compañía.y en uno de sus disparates siendo alcaldesa, estando la campaña para gobernador lanzó la arenga de hacer todo lo que a su alcance estuviera para evitar que Manolo Jiménez candidato llegara a ser gobernador, no le cuajó y el saltillense logró llegar a Palacio Rosa ganado Múzquiz con amplio margen.
Ya como mandatario Manolo le extendió la mano para trabajar en favor de Múzquiz, pero la alcaldesa siguió con sus ataques, entre otros, denostando el trabajo de la policía estatal o “los negros” como ella en tono peyorativo los llama.
Pues antier en pleno centro de Múzquiz un tipo, a escasas cuadras de la presidencia municipal comenzó a disparar un arma tipo revolver a quienes pasaban por el sector, no conforme con esto el hombre pretendió asaltar a unos transeúntes que por ahí circulaban, el varón por varios minutos se sentía el Wyatt Earp coahuilense o ya mínimo cualquiera de los hermanos Almada en la película que usted desee (Pistoleros Famosos, Vengador del 30-06, Cazador de Asesinos).
El asunto pudo haberse convertido en tragedia si es que no cuenta como tal que el improvisado pistolero recibiera dos disparos por parte de un agente que al percatarse del peligro tuvo que inmovilizarlo para tranquilizarlo. Quien evitó que el asunto subiera de tono fue un elemento de la policía estatal que recibió el apoyo y los elogios de quienes presenciaron los hechos. Y eso que la alcaldesa no los quiere.