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23 de abril de 2025
Opinión

Duermevela

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  • febrero 4, 2025

Hablamos de aborto, ¿y ahora qué sigue? 

Cyntia Moncada 

El Foro de Mesas de Trabajo “Avanzando en los Derechos de las Mujeres”, organizado por el H. Congreso del Estado de Coahuila, marcó un hito en la discusión de los derechos sexuales y reproductivos en la entidad. La Mesa sobre Salud Reproductiva, Aborto y Violencia Obstétrica permitió, por primera vez en un espacio como este, hablar abiertamente de la interrupción legal del embarazo, sus implicaciones y la deuda pendiente con las mujeres coahuilenses.

Es innegable que el simple hecho de discutir estos temas en un foro institucional es un avance. Significa que las luchas y exigencias de las colectivas feministas y defensoras de derechos humanos han logrado permear el debate público y político. No obstante, han transcurrido más de dos años desde que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la penalización del aborto en Coahuila. A pesar de ello, esa decisión no se ha traducido en políticas públicas ni en acciones concretas que garanticen el acceso a la interrupción legal del embarazo en condiciones seguras y accesibles para todas las mujeres.

Las acompañantes han sido, durante todo este tiempo, quienes han suplido el trabajo del Estado, brindando apoyo a las mujeres que buscan interrumpir su embarazo de manera segura.

El reconocimiento de un derecho es solo el primer paso; su garantía efectiva es lo que realmente transforma la vida de las personas. Mientras no existan protocolos claros, infraestructura adecuada y una red de servicios de salud que no se queden en el papel, sino que realmente permitan ejercer este derecho sin obstáculos, la despenalización seguirá siendo solo una victoria simbólica. Las mujeres siguen siendo revictimizadas por abortar, y los medicamentos aún no están disponibles de manera accesible.

Este foro debe ser un catalizador para la acción: urge que el Congreso y el Ejecutivo estatal impulsen una agenda legislativa y administrativa que garantice el acceso real a los derechos sexuales y reproductivos. Solo así podremos decir que en Coahuila avanzamos realmente. Porque el reconocimiento sin implementación sigue siendo una forma de negación.

Se acerca el 8 de marzo y, nuevamente, el derecho al aborto será una exigencia. Las mujeres saldrán a las calles para recordar que el acceso a la interrupción legal del embarazo no puede seguir siendo un privilegio de unas pocas, sino una garantía para todas. 

Sin una homogeneización legislativa en el tema del aborto, no se pueden unificar los protocolos ni establecer lineamientos específicos que garanticen condiciones seguras y equitativas para abortar. La legislación actual genera un acceso desigual, donde el derecho a decidir depende de los privilegios. Es urgente una armonización legal que elimine barreras burocráticas y asegure que este derecho no quede sujeto a la moral o discrecionalidad de los sistemas de salud. 

Cada día sin acceso efectivo al aborto legal condena a las mujeres a la clandestinidad, la desigualdad y la violencia. No es solo una omisión, es una violación sistemática de derechos humanos.