Convicciones

La presidenta y mis amigas feministas
Rubén Aguilar Valenzuela
Unas semanas antes de la elección de 2024, con algunas queridas amigas, figuras históricas del movimiento feminista, nos encontramos en una librería-café y me dijeron que tenían simpatía por Xóchitl Gálvez, pero iban a votar por Claudia Sheinbaum porque pensaban, que ella era de izquierda y estaban seguras que iba a impulsar un proyecto progresista.
Fueron enfáticas en señalar que López Obrador era un patriarca conservador y machista, protector de acosadores sexuales y violadores, que a lo largo de su gobierno había sido un enemigo del movimiento feminista, y como gobernante un desastre y un enemigo de la incipiente democracia que se había conquistado con el esfuerzo de muchas y muchos.
Me dijeron, de eso estaban seguras, que al llegar Sheinbaum Pardo a la presidencia, lo que ya daban por un hecho, muy pronto se iba a distanciar de su predecesor, el patriarca conservador y machista, protector de acosadores sexuales y violadores.
El domingo cinco de octubre, en el discurso de la presidenta, para celebrar su primer año de gobierno, lo que mis amigas feministas califican como un patriarca conservador y machista, del cual al solo llegar a la presidencia se iba a distanciar, pues no es así, para ella es un héroe al que siempre permanecerá unida.
En su discurso dijo que la transformación que ahora vive México es “la herencia de un hombre honesto y profundamente comprometido con su pueblo: el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Se han empeñado en separarnos, en que rompamos. Su objetivo no es otro más que el de acabar con el movimiento de Transformación, que nos dividamos. Pero eso no va a ocurrir, porque compartimos valores: honestidad, justicia y amor al pueblo de México”.
Y añadió que “compartimos proyecto: el Humanismo Mexicano y porque no llegamos al gobierno solo para administrar, llegamos para seguir transformando la Nación para el bienestar del pueblo Andrés Manuel López Obrador fue, es y será siempre un ejemplo de honradez, de austeridad y de profundo amor al pueblo de México. Nunca se rindió ante la presión, nunca se vendió a los poderosos, nunca se apartó de sus principios. Y escúchenlo bien: su Presidenta, tampoco lo hará, porque tenemos convicciones, tenemos principios”.
La presidenta Sheinbaum Pardo no se separó del patriarca conservador y machista, protector de acosadores sexuales y violadores, como lo pensaban lo iba hacer al llegar a la presidencia, sino que al año de su gobierno reafirma su lealtad y simpatía a su mentor y líder, al enemigo del movimiento feminista.
Para ella, él es un hombre “honesto y profundamente comprometido con su pueblo” y es un “ejemplo de honradez y de austeridad”, ahora que por todos lados hay pruebas sólidas de sus relaciones con grupos del crimen organizado y amplias redes de corrupción durante su gobierno.
Ahora mis queridas amigas feministas forman parte de quienes están empeñadas en que la presidenta se separe y rompa con el patriarca conservador y machista, protector de acusadores sexuales y violadores, cosa que nunca va a ocurrir, porque ella y él comparten, eso dijo, los mismos valores y el mimso amor al pueblo de México. Después de este discurso no se lo que piensen mis queridas amigas feministas. Se los voy a preguntar.
@RubenAguilar