Camino a Valinor
Recortando la autonomía
Por: José Inocencio Aguirre Willars
¡Hola! Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora en que me lean.
El poder judicial en México es una institución fundamental en el sistema democrático del país. Su origen se remonta al periodo de la independencia, cuando se estableció la primera Corte Suprema de Justicia en 1824. Desde entonces, ha evolucionado y se ha fortalecido para garantizar la independencia y la imparcialidad en la impartición de justicia.
La importancia del poder judicial radica en su rol como garante de los derechos fundamentales de los ciudadanos mexicanos. Se encarga de resolver conflictos, interpretar y aplicar las leyes, y velar por el respeto a la Constitución. Además, ejerce un importante contrapeso a los otros poderes del Estado, evitando así la concentración de poder y fomentando la división de funciones.
Sin embargo, en los últimos años, a raíz de controversias generadas con el gobierno de MORENA por haber impedido la imposición de reformas que incumplían los debidos procesos legales, el poder judicial ha enfrentado diversos obstáculos que han afectado su autonomía. Uno de los mayores retos ha sido la falta de recursos financieros suficientes para su óptimo funcionamiento. Los recortes presupuestarios han limitado la capacidad de contratación de jueces y personal administrativo, lo que ha provocado demoras y rezagos en la resolución de casos.
Además de los recortes presupuestarios, la reciente cancelación de los fideicomisos por parte de los diputados de MORENA y sus aliados, también será un factor que impacte de manera negativa en la autonomía del poder judicial. Estos fideicomisos eran un mecanismo de financiamiento externo que permitía al poder judicial tener recursos adicionales para proyectos específicos, como la modernización de la infraestructura o la capacitación de jueces y magistrados.
La cancelación de los fideicomisos ha supuesto también una afectación directa a los derechos laborales de los trabajadores de todos los niveles del poder judicial, quienes durante años fueron generando prestaciones que hoy se ven eliminadas de un plumazo.
La falta de recursos y la cancelación de los fideicomisos también han tenido un impacto en la independencia y la imparcialidad del poder judicial. Al depender cada vez más de los recursos gubernamentales, se corre el riesgo de que el poder judicial caiga en una situación de subordinación o de ser susceptible a presiones externas. Esto pone en peligro la imparcialidad en la toma de decisiones y debilita la confianza de los ciudadanos en el sistema de justicia.
En conclusión, el poder judicial en México es una institución fundamental para la democracia y el Estado de Derecho. Su autonomía es esencial para garantizar la independencia y la imparcialidad en la impartición de justicia. Desafortunadamente, los recortes presupuestarios y la cancelación de los fideicomisos promovidos por el gobierno de MORENA han afectado su funcionamiento y han debilitado su autonomía.
Es necesario que levantemos la voz y juntos exijamos el respeto a los poderes y el fomento a la autonomía que asegure la correcta división de poderes, no podemos volver a los tiempos en que la figura del presidente era la dueña exclusiva de la verdad y del ejercicio del poder.
Saludos a todas y a todos y por aquí nos vemos la próxima semana.