Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir…
agosto 29, 2022
SANTA LUCÍA CASTÁN
El deseo de convivir, platicar, aprender computación, jugar dominó y otras actividades recreativas, hizo coincidir desde hace 10 años, a un grupo de adultos mayores de Piedras Negras, San Juan de Sabinas, San Buenaventura, Torreón y Ciudad Mier, Tamaulipas, que acuden puntualmente al Comedor del DIF Coahuila en Piedras Negras y ahora se consideran una familia: “como hermanitos”, que se valen por sí mismos y comparten sus experiencias de vida.
Ya no camino a prisa, pero no llevo prisa: Zacarías Bermea
A sus 91 años, don Zacarías Bermea es el más claro ejemplo de que la edad no es impedimento para seguir aprendiendo y mantenerse jovial, ya que aprendió computación hace 10 años, realiza ejercicio y sigue manejando para trasladar diariamente a su hijo con discapacidad motriz, a su trabajo.
Nacido en San Juan de Sabinas el 4 de julio de 1931, cuenta que cuando se casó se trasladó a Nueva Rosita donde laboró en una empresa como herrero durante 32 años; y posteriormente, una sobrina lo invitó a trabajar a la Termoeléctrica en Nava, como electricista, donde se jubiló a los 70 años.
Cuenta que luego se dedicó a hacer instalaciones eléctricas: “me subía a las azoteas y a los segundos pisos, pero hasta los 80 ó más, pero ahora ya no, porque mi familia, mis hijos, no vivían conmigo y se daban cuenta que andaba trabajando y se enojaban”, expresa entre risas.
“Siempre hice el trabajo con mucho ánimo y nunca se me hizo pesado”, asegura con entusiasmo.
Sobre su experiencia en el comedor al que acude de lunes a viernes, manifiesta que “aquí me enseñaron a manejar la laptop, tenían un salón donde le enseñaban a uno”.
Después empecé a jugar al dominó desde que empezó. Luego me deshice de ella (la laptop) porque me di cuenta que una nieta no tenía y se la mandé. Luego conseguí una más chica y no me gustó porque estaba muy retardada y me quedé con lo que había aprendido”, expresa.
Foto: Santa Lucía Castán
Manifiesta que su esposa a quien siempre recuerda con mucho amor, falleció en 2014 y tuvieron cuatro hijos: 2 hombres y 2 mujeres. Y con su peculiar sentido del humor expresa “y no he querido volverme a casar porque ya tenía 83 años y dije: ya no, para que me agarren de mascota, pues ya no”.
“Vive un hijo conmigo, quien tuvo un accidente y no recibía la atención y consideración que se requería con él. Y ya no pudo manejar y pues yo desde entonces lo llevo y lo traigo al trabajo, me levanto a las 7 de la mañana, de lunes a viernes y le preparo un desayuno de frutas o de lo que sea y luego me voy a caminar. Le doy de comer a dos gatos y a un perro, esas son mis ocupaciones ahora”, cuenta.
Posteriormente, almuerza y se prepara para acudir “a jugar al dominó con mis camaradas, porque ya no estoy a gusto si no vengo. Porque allá cuando no vengo, como solo y como que no le cae la comida a uno y aquí, a veces comentando algo de lo que sucede a diario, se la pasa muy bien”.
Al hablar de sus actividades diarias dice que hace siesta y para las 3 de la tarde ya está listo para recoger a su hijo en el trabajo, luego lo lleva al gimnasio y él aprovecha para leer esos ratos. “Me gusta mucho leer, de preferencia algo histórico pero ahorita estoy leyendo sobre el que mató a Colosio, a Aburto. La escritora yo creo le hace el favor y le quiere dar a entender a uno que él no lo mató. Pero hay cosas que lo hacen pensar a uno que sí fue”, reflexiona.
Sobre lo que le desea seguir haciendo, expresa: “yo lo que quiero es valerme por mí mismo, que nadie tenga que mortificarse por mi salud, o porque ya no pueda hacer alguna cosa, quiero seguir caminando y valiéndome por mí mismo. Y no me duele nada, aparte de esta rodilla (señala), que cuando le da su gana me duele, pero no siempre”.
“Ya no camino a prisa, pero no llevo prisa, camino despacio y tengo varios andadores y una bicicleta estacionaria que me trajo mi hijo. Son muy considerados conmigo y no me gusta que me mimen; como cuando me piden: póngame la mano en mi hombro para que baje la banqueta; piensan que me puedo caer y sí se cae uno algunas veces y lo bueno es que se vuelve a levantar”, añade con profundidad don Zacarías, para luego dirigirse a esperar a uno de sus compañeros a quien también traslada a su casa en su vehículo.
El rey del adulto mayor: Gonzalo Gutiérrez Zendejas
Por 3 años consecutivos, el señor Gonzalo Gutiérrez Zendejas, de 83 años, originario de San Buenaventura, donde nació un 17 noviembre de 1939, ha sido seleccionado como rey del adulto mayor en el comedor del DIF, a donde acude desde hace cuatro años.
“Soy jubilado. Aquí me vengo a divertir. Jugamos al dominó, nos dan de comer y ya nos vamos, convivimos como si fuera una familia”, expresa sonriente.
Dice que se jubiló en 1992, en los antiguos Almacenes Arizpe en Piedras Negras, donde laboraba en el área de frutería; y previamente estuvo en Casa Villarreal, de 1965 a 1983.
Al hablar de su familia expresa que tiene 3 hijos y 3 hijas, todos casados. Él vive solo, “pero mi hija vive enfrente y yo atrás en mi casa”.
Foto: Santa Lucía Castán
Su pasatiempo de toda la vida es salir a pescar y quedarse a dormir en el lugar, a donde acude acompañado.
Gonzalo manifiesta que la edad adulta “es una vida que lleva uno y hasta le pesan los años ya. Gracias a Dios que todavía me tiene activo y no necesito que me muevan”.
En un mensaje a las personas adultas mayores que en ocasiones no desean convivir y se quedan en sus casas, expresa: “que se cuiden, que busquen la manera de vivir, de convivir con gente, pasársela bien, no quedarse ahí en la casa con malos pensamientos”.
“Aquí convivimos como hermanitos, somos puros jubilados y pensionados. Aquí nos pasamos el rato bien padre, comemos y nos vamos. Otro ratito que estemos en la casa pues ya la hicimos. Y vamos a seguir viniendo hasta que nos corran”, añade.
Hasta que la muerte nos separe: Lilia Antonia Navarrete Pereira y Ricardo Ramírez González
Casados desde hace 53 años, Lilia Antonia de 74 años y Ricardo de 78, se conocieron en un baile en 1968, en el salón Mutualista en Piedras Negras.
Ella ese tiempo trabajaba en una fábrica y actualmente se dedica al hogar. Él es maestro jubilado de Normal Básica y Superior. Originario de Torreón, egresado de la Normal Rural de Santa Teresa; y ya casados, cursó los estudios universitarios en Gómez Palacio, Durango.
En 1996 se jubiló de la actividad docente de la que recuerda a sus numerosos alumnos que cuando lo ven le dicen: “adiós profe”.
Al referirse a su compañera desde hace 5 décadas expresa: “ella me apoyó mucho, nos íbamos a concursos y siempre juntos”.
Por su parte, Lilia Antonia afirma que “para mí es un orgullo que haya dedicado su vida a atender a la niñez y es bonito haberlo apoyado en lo que hacía para sus estudiantes”.
Foto: Santa Lucía Castán
Sobre su familia expresa que tuvieron 6 hijos, pero fallecieron 4. Sus 2 hijos les dieron la felicidad de tener 3 nietos de cada uno. Dio a conocer que uno de sus hijos radica en Monterrey, es ingeniero en Electrónica y el otro es Licenciado en Administración de Empresas y vive en Piedras Negras.
Ambos acuden al comedor del DIF estatal desde el año 2002 que abrió.
“A mí me invitó una persona encargada, dieron computación y pintura, lo aproveché al máximo; ahora hacemos algo de manualidades y venir a platicar un rato, jugar lotería, es bonito convivir con otras personas”, dice Lilia Antonia a quien también le gusta tejer y coser en la máquina. “Tengo muchas cosas que hacer en la casa”.
Ella también es la reina del adulto mayor del comedor y fue coronada recientemente.
Por su parte, Ricardo cuenta que les gusta ir a trabajar a una casita de campo, donde riegan sus árboles y plantas.
La pareja aconseja a sus hijos y a todas las personas, que se tengan paciencia y respeto. “Porque si se pierde el respeto ya se perdió todo. Siempre hay que sabernos soportar uno al otro y comprendernos”, manifiesta Lilia Antonia.
“Hasta que la muerte nos separe”, agrega Ricardo.
Maestro de Educación Física: Santos Arón Mercado Ramos
El 17 octubre de 1952 nació en Ciudad Mier, Tamaulipas, donde estuvo hasta los 15 años. Estudió para profesor de Educación Física en 1968, hasta que terminó su carrera y empezó a trabajar en Saltillo, donde estuvo dos años y luego se trasladó a Nueva Rosita, por 32 años. Ahí se jubiló y tiene 10 años en Piedras Negras.
Expresa que su esposa es maestra jubilada de inglés y tienen 3 hijos: 2 hombres y una mujer. De 43, 41 y 39 años. El mayor es Ingeniero en Sistemas, el otro estudió Ingeniería Industrial y su hija es maestra de Normal Superior en Ciencias sociales; todos cursaron maestría.
“Es la herencia que les puede uno dejar para que salgan adelante. Les ha ido bien”, expresa con orgullo.
Sobre el tiempo que convive en el DIF externó: “Tengo 10 años aquí. Me gusta jugar dominó y ocupar mi tiempo libre, se olvida uno de sus problemas familiares”.
Foto: Santa Lucía Castán
Santos Arón manifiesta que además le gusta la jardinería e invita a otros adultos mayores a “que vengan a las instalaciones del DIF y realicen actividades que les ocupen su tiempo libre, nunca dejen de aprender y la convivencia con los demás”.
Y a las generaciones jóvenes a “que entre más aprendan más van a mejorar en su vida y más posibilidades económicas a futuro tendrán”.
Termina la hora de la comida y cada uno sigue con juegos de lotería, dominó, platicar o reintegrarse a sus hogares, para reencontrarse “como hermanitos”, al día siguiente.
“Cuando amanece el día, camina y canta buscando de la tierra en las entrañas, el pan caliente, milagro que realiza cada mañana…”.