Adaptación escolar puede generar traumas

LESLIE DELGADO
El regreso a clases, lejos de ser un proceso sencillo, puede convertirse en un reto emocional para niños, adolescentes y familias, advirtió la doctora Carolina Sánchez Pérez, experta en salud mental infantil y juvenil y catedrática de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Explicó que las primeras semanas escolares representan un periodo de adaptación, en el que los menores deben ajustarse a nuevos horarios de sueño, alimentación y actividades. En los más pequeños, especialmente quienes ingresan por primera vez a la escuela, es común observar angustia por separación, llanto o resistencia a entrar al aula.
Señaló que cuando estas separaciones son forzadas o se manejan de manera inadecuada, la experiencia puede volverse traumática, generando temor agudizado y dificultades de adaptación posteriores.
“No es la escuela la que provoca el problema, sino que puede exacerbar situaciones previas de separación o ansiedad”, puntualizó.
Entre las consecuencias más comunes se encuentran aislamiento social, problemas de control de esfínteres, conductas de ansiedad como morderse las uñas o jalarse el cabello, y dificultades para socializar con sus compañeros. La especialista recomendó a los padres y docentes observar estas señales y buscar apoyo profesional si persisten más allá de las primeras semanas.
Asimismo subrayó la importancia de un acompañamiento afectivo y paciente durante los primeros días de clases, con rutinas claras y cercanía emocional.
“Lo fundamental es que los niños perciban que sus cuidadores estarán ahí al salir y que las mañanas sean lo más agradables posibles, para que este proceso de adaptación no se convierta en una experiencia traumática”, concluyó.
Finalmente, reiteró que la colaboración entre familia y escuela, así como la preparación previa de los menores, es clave para facilitar la transición y minimizar el impacto emocional de los primeros días escolares.