ACNUR México cierra oficinas por recortes

Leslie Delgado
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió sobre las dificultades presupuestarias que enfrenta en México y a nivel global, lo que ha obligado al cierre de oficinas y proyectos que brindaban atención directa a personas solicitantes de asilo y refugiados.
Durante la presentación del reporte de monitoreo de protección en Coahuila, Benjamín de Barros, jefe de la oficina de ACNUR para el norte de México, señaló que la crisis financiera deriva principalmente del congelamiento de ayudas exteriores en Estados Unidos, lo cual ha impactado severamente a todo el sistema de Naciones Unidas.
“Este año el sistema de Naciones Unidas, no solamente ACNUR, ha sido impactado de forma bastante severa por la situación del congelamiento de las ayudas exteriores en Estados Unidos. En México no escapamos a la regla; tuvimos que cerrar varias oficinas, proyectos y acuerdos con socios implementadores en terreno”, afirmó.
De Barros explicó que estos recortes han reducido de manera significativa la capacidad de respuesta en comunidades receptoras y en zonas donde la movilidad humana es constante. Aunque ACNUR continúa brindando apoyo técnico y financiero a ciertas entidades mexicanas, reconoció que ya no es posible mantener el mismo nivel de asistencia que en años anteriores.
Subrayó que el rol de ACNUR es complementar los esfuerzos del Estado mexicano, no reemplazarlos, pero enfatizó que sin recursos suficientes, los servicios de apoyo a personas refugiadas y solicitantes de asilo enfrentan un panorama de limitaciones críticas.
En 2024, México se colocó entre los diez países del mundo que recibieron más solicitudes de refugio, con aproximadamente 80 mil casos. Esta tendencia se mantiene en 2025. Sin embargo, el debilitamiento del financiamiento internacional amenaza con reducir la capacidad de atención en un país que cada vez más se consolida como destino para población desplazada.