Haití.
REDACCIÓN.
El presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado en su residencia privada durante la noche, según lo informó el gobierno haitiano. Jovenel fue interceptado en su domicilio por un grupo de atacantes no identificados, quienes abrieron fuego contra él y su esposa.
La nación entró en un estado de emergencia, en medio de la incertidumbre al no tener un jefe de estado, según informó el primer ministro interino, Claude Joseph. “Mis compatriotas, mantengan la calma porque la situación está bajo control”, afirmó.
La muerte del presidente desencadenó la indignación de Washington y de las administraciones vecinas de América Latina.
El ataque presidencial se presenta en un contexto de violencia en el país, donde las pandillas y grupos armados en Puerto Príncipe se han enfrentado con la policía y entre ellos mismos por el control de las calles.
Líderes alrededor de todo el mundo condenaron el ataque y hicieron un llamado a la calma. Por su parte, Estados Unidos describió el ataque como un crimen espantoso. Colombia, en cambio, solicitó a la Organización de Estados Americanos el envío de misiones a Haití para salvaguardar el orden democrático en la nación.
A su vez, Haití se encuentra políticamente dividido, además de enfrentar una fuerte crisis humanitaria por la escasez de alimentos.