Camino a Valinor
Oasis en medio del desierto
José Inocencio Aguirre Willars
¡Hola! Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora en que me lean.
México está viviendo días oscuros. Días donde el miedo dejó de ser visitante y se convirtió en habitante. Donde la violencia se volvió paisaje y las noticias trágicas ya no sorprenden, solo duelen.
Lo que sucedió con Carlos Manzo, un político joven, valiente, lleno de vida, sueños y futuro, no es un hecho aislado ni un número más. Fue asesinado en circunstancias que estremecen, porque representan la pérdida no solo de una persona, sino de la esperanza de muchas familias que hoy sienten que la vida en este país puede acabarse sin razón ni justicia, la pérdida de la esperanza de tener verdaderos líderes, que quieren hacer las cosas bien, y que son callados de la peor manera.
Casos como el suyo nos confrontan con una realidad dolorosa: la violencia no distingue edad ni condición. Y lo más grave es que se ha vuelto costumbre. Cada día se repite la misma historia en distintos rincones de México, mientras las autoridades se refugian en discursos, culpando al pasado para no enfrentar el presente.
No se vale seguir culpando a los de antes. México necesita gobiernos que enfrenten, no que inventen excusas. La seguridad no se construye con palabras, sino con decisión, coordinación y trabajo constante.
Y si alguien duda de que sí se puede, basta mirar a Coahuila. Este estado vivió años durísimos, pero hubo un cambio de rumbo. Se construyó una estrategia seria, se fortalecieron las instituciones y se recuperó la confianza ciudadana. Hoy, mientras gran parte del país se desmorona, Coahuila se mantiene firme, con rumbo y con paz.
Esa paz no llegó sola ni por casualidad. Es resultado de años de trabajo y continuidad. Bajo el liderazgo del gobernador Manolo Jiménez Salinas, Coahuila es un oasis en el desierto, ejemplo de lo que pasa cuando se gobierna con visión y responsabilidad.
Por eso, no podemos permitir que lo logrado se pierda. Defender la seguridad de Coahuila es defender nuestra forma de vivir y nuestro derecho a un futuro sin miedo.
Saludos a todas y a todos y por aquí nos vemos la próxima semana.
