Mujeres mecánicas: un desafío a los estereotipos

Leslie Delgado
“Me encanta ensuciarme las manos de grasa y aprender”, así resume María del Carmen Palacios Guillermo, de 59 años, la decisión que la llevó a inscribirse en el Cecati 185, donde cursa la especialidad en mecánica automotriz.
Retirada de su vida laboral y con el respaldo de sus hijas, quienes incluso le pagaron el curso, María del Carmen decidió romper con los prejuicios que por décadas alejaron a las mujeres de oficios como la mecánica.
“En mis tiempos no era bien visto que una mujer se metiera en estas cosas, pero ahora ya no hay diferencias: lo mismo es un hombre que una mujer. Ya todos coludos o todos rabones”, comentó.
Su motivación nació de experiencias negativas con talleres mecánicos. “A una como mujer la quieren ver la cara, pero no es así. Tenemos la capacidad. Los hombres nos superan en fuerza, pero si le entramos, le entramos. Yo quiero aprender para que nadie me engañe y para poder ayudar a mis hijas con sus carros”, explicó.
“Me encanta andar abajo del carro con las manos llenas de grasa. Ahora estamos en la parte teórica, pero ya mañana vamos a empezar prácticas. Estoy emocionada porque primero voy a meterle mano a mi carro y luego al de mis hijas”, aseguró.
Con un año de duración, el curso de mecánica automotriz en el Cecati 185 es, para ella, una oportunidad de demostrar que nunca es tarde para aprender ni para romper estigmas. “Siempre le digo a mis hijas: no tienen que demostrarle a nadie más que a ustedes mismas que pueden. El miedo ya no existe. Aquí no es fuerza, aquí es maña. Y como mujeres, claro que podemos”, finalizó.