Rubén Aguilar Valenzuela
Desde hace décadas en México los números de la desigualdad permanecen y no mejoran. El 1% y el 10% más rico concentran el 29% y el 59% del ingreso total, respectivamente, según el informe ¿Atrapados? Desigualdad y crecimiento económico en América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La reducción de la brecha perdió fuerza entre 2012 y 2018 respecto a la década anterior. México es y sigue siendo uno de los países más desiguales de América Latina en la región más desigual del mundo. Los mexicanos subestiman la dimensión del problema y son menos proclives, que otras sociedades de la región, a considerar injusta la situación. Asumen que así es.
El nivel de México es similar al de Brasil y Chile. “La concentración del ingreso en estos países es persistentemente alta y/o aumenta en el tiempo”, señala el PNUD. Ecuador es el país de la región con menor desigualdad; el 1% más rico concentra el 12% del ingreso y el 10% el 38%.
En el caso de México los avances en la reducción de la brecha se han desacelerado. El coeficiente de Gini disminuyó un 0.11 anual entre 2012 y 2018, el último periodo analizado, frente al 0.14 entre 2002 y 2012. El estancamiento es una realidad que se repite en el resto de Latinoamérica.
“Los índices de Gini en América Latina, con pocas excepciones, permanecen esencialmente inalterados después de que los hogares pagan impuestos y reciben transferencias del gobierno”, dice el informe.
El PNUD también destaca la concentración del poder de mercado en un puñado de grandes consorcios. En México, los ingresos de las 50 mayores empresas suponen algo más del 40% del PIB. Entre las grandes economías de la región, solo lo supera Chile, con cerca del 70%.
El análisis deja fuera el impacto económico de los últimos dos años, ya bajo los efectos de la pandemia. Recuerda, con todo, que en México solo el 9% de la población afirmó no haber sufrido una pérdida de ingresos a raíz de la crisis, frente al 22% regional, según cifras del Latinobarómetro para 2020.
En 2020, la economía de México tuvo una caída del 8.5 % del PIB, la mayor crisis desde los años treinta. A pesar de esto, los mexicanos, dice el PNUD, sobresalen entre las sociedades de América Latina por su actitud más tolerantes hacia la concentración de los ingresos en una minoría.
“Si bien Chile y México tienen niveles de desigualdad similares según el índice de Gini, en Chile la proporción de personas que cree que la distribución del ingreso es injusta es mucho mayor” señala el documento. Apenas un 77% de los mexicanos piensa que esta situación es injusta, frente al 95% de los chilenos.
Una explicación de esta posición permisiva es que México forma parte de los cinco países de la región donde la población subestima el grado de desigualdad existente y cree que el 20% más pobre tiene un mayor ingreso del que realmente dispone. Se autoengañan.
Los últimos datos del PNUD son de 2018 y cuando se conozcan los de 2020, es muy seguro que los niveles de desigualdad de Gini serán todavía mayores producto de la pandemia, pero también de la manera que el actual gobierno la enfrentó. Y frente a esa realidad es muy probable que la permisividad crezca, producto del discurso político.
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