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22 de octubre de 2025
Opinión

Dobleces

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  • octubre 22, 2025

PT: miedo a gobernar

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Frente a la lucha electoral de 2027, el PT tiene la oportunidad de ganar por primera vez una gubernatura con un militante de su partido si decide mantenerse indomable frente a Morena. De no hacerlo será el único partido en la historia contemporánea de México en no gobernar uno de los 32 estados.

Alberto Anaya, sempiterno dirigente del partido de la estrella amarilla, tiene en su historia, pocos triunfos propios y poco relevantes. La militancia solo funge como cortesana de las alianzas a las que somete en las estructuras de base y en las entidades.

Alberto Anaya está listo para la negociación, con Morena, rumbo a 2027. Está en una postura dura, llena de cobros; apuesta a la resta y división. Esa es la estrategia y la fomenta, entre sus esbirros. Sin embargo, quiere por lo menos consolidar dos candidatos propios a gobernador.

Sin embargo, el escenario es complejo, ya que si Anaya no permite el crecimiento de su militancia, se le verá como un partido bonsai. Dependiente y sin solidez política. En 2003, intentó separarse del PRD y conquistar Jefaturas Delegacionales, sin embargo, a final de cuentas entró en negociaciones con el partido del sol azteca y los candidatos fueron dejados a la deriva.

Sin embargo, ahora, la trampa está en las letras chiquitas y en la narrativa de los dirigentes petistas, ya que la negociación será más elevada. Alberto Anaya tiene en su poder el control de candidaturas, y Alfredo Femat, dirigente del PT en Zacatecas y Giovana Bañuelos senadora por el mismo y aspirante al gobierno, aunque presumen un poder y control en la entidad, la última decisión será de Anaya y Monreal.

Del lado del oficialismo, Morena tiene su interés en replicar la alianza con los partidos del Trabajo y Verde Ecologista de México y con los que representan mayoría calificada en el Congreso de la Unión. Sin embargo, el partido presidido por Luisa María Alcalde enfrenta el dilema moral entre mantener los valores que pregonan o las alianzas que les han resultado rentables en material electoral y legislativa.

La posibilidad de una competencia real electoral, en 2027, estriba en la capacidad de los partidos políticos de competir por las 17 gubernaturas, en juego, sin acordar alianzas electorales totales o parciales. El objetivo es sacar de la zona de confort a los partidos satélite del escurrimiento de votos a su favor a través de estos mecanismos de lucha electoral.

El caso del Partido del Trabajo es el más paradigmático. La eternizada dirigencia de Alberto Anaya pone al partido en la idea de manejarse solo, después de más de 20 años de dependencia de alianzas, lo mismo con el PRI, el extinto PRD y PVEM. Su tradición de dependencia de los triunfos en coalición se volvió un modus vivendi del dirigente.

La posibilidad de dar un campanazo por la estrategia de autonombrarse base de la cuatroté puede funcionar. Sin embargo, es un partido que tiene miedo a gobernar. A final de cuentas no está preparado a tener liderazgos más allá de la figura de Anaya ni tiene la capacidad por la dependencia de otros partidos que ya aprendieron a ser gobierno.