Dobleces

Adiós doctor
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
El nombre de Hugo López-Gatell volvió a la marquesina y a la polémica al ser nombrado representante de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque parece un premio a su carrera, pese a los resultados frente a la pandemia de 2020, su alejamiento es para cerrar paso a sus ambiciones políticas.
Tener a López-Gatell en la reserva de Morena era darle pie a buscar un cargo de elección para 2027. Se ve lejana la elección, pero los tiempos político-electorales siempre van medio paso adelante de la agenda nacional.
En su afán por meterse a las grandes ligas de la política, buscó ser el candidato de Morena para la jefatura de gobierno de la Ciudad de México en las elecciones de 2024. Sin embargo, el proyecto para la ciudad iba por otra ruta y no tenía cabida, la candidatura de alguien sin arraigo político en la ciudad. Su presencia diaria durante la pandemia no le daba suficiente oxígeno para una elección en la que Morena se inclinó por la continuidad de proyecto y candidatos sólidos.
López-Gatell apostó a que la frase: “la fuerza del presidente es moral no de contagio” le daría el pase automático a una carrera política. Fue una ensoñación. Pero ni en campaña levantó intensidad frente a Omar García Harfuch y Clara Brugada en la definición del Coordinador de los Comités de Defensa de la Transformación en la Ciudad de México.
Ahora, la mención de llegar a la OMS lo aleja y evita daños innecesarios a la cuatroté, ya que su nombramiento resulta paradójico en la percepción interna, pero abona a evitar darle fuero cuando hay decenas de denuncias en su contra y de nuevo sería objeto de las críticas al partido, no al candidato.
Y es que existen consecuencias de la serie de omisiones y negligencias que caracterizaron su mal manejo de la pandemia. Además se basa en hechos concretos cuyas consecuencias se tradujeron en más 800 mil muertes en exceso, incluido el costo institucional ante la descomposición y el colapso del sistema de salud del país.
La tragedia se agravó por negligencia de la política pública, por no tomar las medidas de previsión recomendadas por la OMS, y que ya estaban en marcha en varios países como en China, Europa y otros de Asia para prevenir contagios. En el país se omitieron, se hicieron mínimos los riesgos, se jugó literalmente con la salud de las personas y parte muy importante de esa estrategia del entonces subsecretario Hugo López-Gatell.
La percepción internacional sobre esta decisión, se sustenta en que el nombramiento probablemente no tenga mayor relevancia operativa para la OMS. Es una salida elegante para su pasado en lo político, pero en lo técnico, el país registró el mayor número muertes de personal médico en el continente americano; 44% de mortalidad hospitalaria; así como el que más de 215 mil niños quedaran en situación de orfandad. Con esas cartas va López-Gatell a la OMS. Pero para Morena ya es un conflicto menos rumbo a 2027.