Dobleces

Anaya, el aliado a medias
Israel Mendoza Pérez
@imendoza
En un acto de rebeldía y venganza, Alberto Anaya, todopoderoso dirigente del PT, inició, a cuentagotas, el proceso de separación de la cuatroté e impulsar su propia versión del legado lopezobradorista. A los primeros que les comenzó a regatear “apoyo político” son a cuatro gobernadores para los próximos comicios de aquí a 2027.
Con los primeros en confrontarse es con Rocío Nahle, gobernadora de Veracruz; Lorena Cuéllar, de Tlaxcala; Alejandro Armenta de Puebla y Marina del Pilar, de Baja California. Con ellos ya no hay una alianza completa para los próximos comicios. Todo gira en torno a los intereses políticos y económicos de Anaya Gutiérrez. Si no hay nada que negociar con cargos se separa.
El PT tiene en sus cálculos consolidar un proyecto con más de tres décadas de vivir en el ostracismo y de la dependencia política a los partidos grandes. Como fueron el PRI, el PRD, durante más de 20 años, y ahora Morena. Sin embargo, los triunfos locales conquistados desde 2018, le da a Alberto Anaya ánimo para retomar su negocio político y reducir la presión política de Morena en temas como los diputados plurinominales y el “nepotismo electoral”. Eso le permite poner el partido a disposición de morenistas “decepcionados”.
La lejanía de Anaya Gutiérrez se debe, a que ya no es útil para la sangre nueva de la cuatroté. Y los acuerdos con los gobernadores fueron endebles con la dirigencia del partido. Las primeras víctimas de este choque es Rocío Nahle, ya que en Veracruz, el PT presume que tienen el capital político para ganar alrededor de 30 municipios en la entidad. Con ese optimismo, el partido se lanza en solitario a competirle a Morena y el PVEM espacios electorales.
Lo mismo en Baja California, por indicaciones de Jaime Bonilla, el PT disputaría el terreno político a Morena y el PVEM, ya que la relación con la gobernadora no ha sido la mejor. Por ello, es el PT, aunque ha tenido reuniones con dirigentes de Morena, el partido de Anaya en esa entidad se mueve bajo los intereses político-económicos de Bonilla.
El escenario más riesgoso es el de Tlaxcala, ya que el PT se uniría al PAN para luchar por la gubernatura. Ángelo Gutiérrez Hernández, presidente del Comité Directivo Estatal panista en el estado, advirtió la probabilidad de concretar alianzas con todas las fuerzas políticas, menos con Morena, pero si podría haber acuerdos con institutos políticos aliados a la Cuarta Transformación. El guiño fue directo al PT. La misma estrategia es arrebatarle posiciones a Morena a través del disfraz de la cuatroté adopatado por los petistas.
Y en Puebla el Partido del Trabajo se prepara para competir en solitario en las próximas elecciones intermedias de 2027. Y según los cálculos de los petistas hay condiciones para reforzar su estructura electoral en los 217 municipios del estado.
Morena tiene un aliado falsario. Alberto Anaya no rompe directamente con Morena, lo hace a través de sus esbirros, autollamados cuatroteístas, los que comulgan con los postulados obradoristas, pero los acomodan a sus intereses.