Un galimatías de Mónica Soto
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
La consolidación del actual sistema de partidos, no solo recae en los resultados del pasado 2 de junio, también se debe a las polémicas decisiones de Mónica Soto Fregoso, presidenta de la Sala Superior del TEPJF, en buena medida las resoluciones de ella y su grupo de magistrados se encaminó en mantener el estatus quo partidista y cargarse en favor del partido en el poder.
En la actualidad hay dos hechos recientes, aunque hay más, con los que se pinta como la magistrada afín al poder. El más reciente fue hacerse a un lado del debate de la Reforma Judicial y con ello extender su red de intereses hasta Morena y congraciarse con el partido en el poder. En estos meses, el tribunal navega entre la indiferencia y el discurso moderado para sostener a los magistrados dos años más y evitar el desprecio de la actual clase gobernante.
En una reciente declaración, Soto Fregoso, expresa un galimatías para explicar que “el Poder Judicial de la Federación lo integra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Consejo de la Judicatura, después se agregó al tribunal electoral, pertenecemos al Poder Judicial, pero el tribunal tiene su presidencia aparte, eso es un diseño extraño, estamos, pero no estamos, la reforma judicial no aplica al tribunal electoral”.
Con ese sutil deslinde del tribunal y su falta de empatía a la batalla de juzgadores, juega de lado del poder, como es desde su llegada a la presidencia del tribunal electoral. Ella pertenece a la última generación de funcionarios privilegiados y sus intereses están hacia donde hay poder político. Más pruebas es cada una de las decisiones relevantes para los partidos.
El otro caso reciente fueron avalar las modificaciones a los estatutos del PRI que permiten la reelección, Alejandro Moreno Cárdenas, y revocar la decisión del INE de no declararse sobre la validez de esas reformas. En ese debate, los magistrados Felipe Fuentes Barrera, Felipe de la Mata Pizaña y Mónica Soto Fregoso, presidenta de la Sala Superior, defendieron su aval a las reformas del PRI, bajo el argumento de que no hay ningún impedimento constitucional para la reelección de las dirigencias de los partidos políticos.
Otro caso es su filiación a la izquierda morenista, con este gesto hacia el poder la llevaron a sumarse al aniquilamiento del PRD. Para ella, el juego político es más relevante que las decisiones técnico-jurídicas- Y sus intereses político-personales abarcan más que un partido destruido por Jesús Zambrano.
Por eso su paso por el tribunal deja una estela de arreglos con los partidos que son potencialmente fértiles para las negociaciones.
Lo mismo acordó con Dante Delgado para “apadrinar” el ascenso de Jorge Álvarez Máynez para ungirlo como el primer candidato presidencial de Movimiento Ciudadano y pasar por encima de la convocatoria y la militancia.
La magistrada Mónica Soto ya marcó su carrera y en adelante tendrá una visión al nuevo orden alejada de las decisiones técnico-jurídicas. Su cercanía con los dirigentes de los partidos es parte de mantener una supervivencia en tiempos en que un nuevo régimen político, necesita nuevas instituciones. Y ella está dispuesta a dar el salto con el mejor postor.