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21 de octubre de 2025
Opinión

Con-ciencia y sin corbata

Con-ciencia y sin corbata
  • octubre 21, 2025

¿Y el contrato de Othani?

Por Emiliano Calvert

Ohtani, el contrato que convirtió el béisbol en una lección financiera

Cuando Shohei Ohtani firmó por 700 millones de dólares y 10 años con los Dodgers, medio mundo dijo lo mismo:

“Se volvieron locos.”

Y tal vez  sí… pero fue una de esas locuras que luego terminan  estudiándose cuidadosamente .

En su primer año vestido de azul, Ohtani no solo llenó el Dodger Stadium, lo desbordó.

El club reportó más de 700 millones en ingresos por taquilla, souvenirs, derechos internacionales y marketing global.

En otras palabras: ya recuperaron la inversión completa en solo una temporada.

Todo lo que venga a partir de 2025… es ganancia pura.

Ohtani no fue un fichaje.

Fue una acción bursátil de rendimiento inmediato.

Y lo mejor de todo: los Dodgers apenas le pagan 2 millones al año durante su contrato activo; el resto (680 millones) lo cobrarán entre 2034 y 2043.

Sí, leyó bien: el hombre más caro del planeta cobra hoy menos que un relevista promedio.

Mientras tanto, el equipo llenó cada asiento, triplicó las ventas globales de mercancía y expandió su marca en Asia.

El japonés no solo genera carreras: genera flujo de efectivo.

Y todo eso con un swing (o varios)

La jugada maestra: ingeniería financiera versión MLB

Lo que hicieron los Dodgers con Ohtani no fue suerte: fue contabilidad creativa con guante de bateo.

El contrato diferido reduce su carga del impuesto de lujo, les deja espacio para fichar más talento y convierte la nómina en una coreografía fiscal perfecta.

En pocas palabras: gastan, ganan y siguen pareciendo responsables.

Ohtani es la versión beisbolera de ese compa que saca el iPhone 16 a meses sin intereses… y a los tres días lo revende más caro.

Y claro, el resto de las franquicias ya tomó nota.

Prepárense para escuchar frases tipo:

“Te pagamos dentro de 15 años, pero hoy te damos el anillo.”

El contrato de Ohtani no solo rompió récords; rompió el modelo.

Transformó un deporte en un mercado financiero con uniforme de rayas.

Pero ojo: no todos pueden jugar ese juego

Los Dodgers pueden aplazar pagos porque son una potencia global.

Tienen TV, turismo internacional (ahora sumando el asiático), y el respaldo de una marca que imprime casi más billetes que batazos.

Pero si equipos más pequeños intentan copiar el modelo sin ese músculo, pueden acabar hipotecando su futuro por una ilusión presente.

Imagínate al Mazatlán de la MLB firmando un contrato así: en diez años tendrían más deudas que hits.

Y si en la remota situación…

Y si la liga entra en recesión menos rating, menos derechos televisivos, esas deudas diferidas podrían explotar como granada contable.

El truco financiero de hoy podría ser el colapso fiscal del mañana.

En fin…

El contrato de Ohtani no fue una apuesta, fue una inversión con retorno garantizado.

Los Dodgers lo firmaron por 700 millones y ya los recuperaron en un año.

Los próximos nueve son ganancias.

Shohei Ohtani cambió el béisbol dos veces:

Primero, con su talento absurdo desde el montículo y el plato.

Y ahora, desde los libros contables.

Mientras otros equipos siguen contando centavos, los Dodgers están imprimiendo dinero con el swing más rentable de la historia.

El contrato más grande de todos los tiempos resultó ser el mejor negocio del siglo.

Y si el resto de la liga no se pone las pilas, pronto no solo jugarán en campos distintos…jugarán en ligas económicas diferentes.