Con-ciencia y sin corbata

Nepal, Gen Z y la lección incómoda: si apagas la app, se prende la calle
Emiliano Calvert
No fue turismo mochilero: fue banda joven hasta el tope. El gobierno de Nepal quiso apagar varias redes “por orden y seguridad” y la Gen Z dijo: órale pues… pero nos vemos afuera. Calles llenas, símbolos pop (sí, esa bandera de One Piece), QR para saltarse bloqueos y un mensaje clarito: no nos traten como niños.
¿Qué pasó…?
- Cerraron apps. Ellos abrieron calles.
- Quisieron ordenar el internet. Se desordenó la ciudad.
- Intentaron bajar el volumen. Subió la bocina generacional.
No fue sólo capricho digital. Para un montón de jóvenes, las redes son chamba, contacto con familia, y vida social. Les cierras eso y no les quitas “memes”; les quitas oxígeno.
El “manual” Gen Z
- Multipista o muerte: si les cortas A, brincan a B, C o hasta a papelitos con QR.
- Meme con propósito pega más que discurso con corbata.
Contrastes que duelen y enseñan
- Tú te enojas porque el algoritmo no te enseña a tu crush; ellos porque el Estado les cerró 20 y tantas apps de un jalón.
- Tú dices “odio el tráfico”; ellos hicieron tráfico para que los escucharan.
- Tú guardas el meme; ellos salieron con el meme de bandera.
Para la vida…
- No dependas de un solo canal. Si Instagram estornuda y tu proyecto se resfría, estás frágil.
- Coherencia o cancel. La Gen Z huele el doble discurso a kilómetros. Si tu cultura interna dice “somos familia” pero puertas adentro es dedazo y compadrazgo, te van a exhibir.
- Habla en símbolos claros. Un buen ícono y una frase honesta mueven más que 20 slides con KPI.
En fin…
En Nepal no “invadieron” nada; pidieron cuentas. Pero una cosa es exigir y otra muy distinta es quemar. Condeno el incendio que dejó hospitalizada a la pareja de ese político y cualquier agresión contra civiles: no hay causa que justifique lastimar a inocentes.
La regla es simple: protesta sí, violencia no. Libertad con responsabilidad. Quien apaga la conversación se equivoca; quien la incendia, también. Lo que sigue es madurez: instituciones que escuchen y una generación que encauce su fuerza en propuestas medibles.