Camino a Valinor
Por amor a Saltillo
José Inocencio Aguirre Willars
¡Hola! Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora en que me lean.
Hay columnas que se escriben con datos, y otras, como la de hoy, que se escriben con recuerdos. Conozco a Javier Díaz desde que éramos niños. Crecimos en las mismas calles, compartimos amigos, momentos y después el camino nos llevó a trabajar juntos más de una vez. Años atrás tuve el privilegio de acompañarlo como coordinador de su campaña a diputado local y desde entonces supe que estaba frente a alguien distinto: preparado, disciplinado y, sobre todo, profundamente humano.
Por eso, ver su Primer Informe como alcalde de Saltillo no fue para mí una sorpresa, sino la confirmación de algo que conozco de primera mano: Javier trabaja con pasión y con un sentido del deber que no se improvisa. Saltillo no es la capital más segura y competitiva de México por inercia; es resultado de decisiones firmes, de coordinación y de un estilo de gobernar que entiende que la confianza se construye todos los días.
Los números hablan solos: reducción histórica en homicidios, seguridad que hoy es referente nacional, inversiones que superan los siete mil millones de pesos, miles de empleos nuevos, transporte gratuito que ya transformó la vida de miles de familias, obras que conectan mejor la ciudad y una política social que llega a donde de verdad se necesita. Pero más allá de las cifras, lo que a mí me mueve es reconocer el espíritu detrás de ese trabajo: un alcalde que escucha, que dialoga, que se arremanga y que entiende que gobernar es servir.
Por eso Saltillo destaca en un país donde muchas capitales viven incertidumbre, polarización o improvisación. Mientras otros lugares retroceden, aquí avanzamos porque hay rumbo, porque hay estrategia y porque existe una alianza efectiva entre el gobernador Manolo Jiménez y el Municipio encabezado por Javier. Coahuila es distinto, y Saltillo es prueba viviente de lo que ocurre cuando se gobierna con estabilidad, visión y calidad humana.
A Javier lo conozco desde niño, pero hoy lo reconozco como el líder que Saltillo necesita: serio, sensible, firme y con una enorme capacidad para construir. Ver lo que ha logrado este primer año me llena de orgullo, pero también de esperanza. Si algo demuestra este informe es que cuando el trabajo se hace bien, los resultados hablan más fuerte que cualquier discurso.
Saludos a todas y a todos y por aquí nos vemos la próxima semana.
