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12 de julio de 2025
Opinión

Aliades

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  • agosto 24, 2022

CYNTIA MONCADA

Antes se pensaba que la etapa de mayores conexiones neuronales se daban antes de los 6 años, pero resulta que en la adolescencia ocurre un nuevo “reseteo”, una nueva oportunidad para que una persona se “construya” de una manera plena. Sin embargo, la adolescencia es la etapa en la que nuestros procesos educativos adultocentristas colapsan. Las escuelas más alternativas se vuelven conservadoras y nuestra crianza respetuosa se tambalea. Nos cuesta soltar el control. 

Quizá cuando comenzamos a tratar con adolescentes (como padres, madres o maestrxs) nosotrxs también debemos vivir una etapa de transformación, acelerar nuestros procesos de deconstrucción, idear nuevas formas de ver la vida, mirarlos, escucharlos con atención plena para escudriñar el nuevo mundo que están construyendo. Y con “soltar el control” no me refiero a desentendernos –al contrario, es cuando más necesitan de nuestro acompañamiento y firmeza– sino a dejar de insistir en que hagan/piensen/sientan/vean las cosas como nosotrxs queremos.

La adolescencia es como un nuevo nacimiento, por eso un abrazo preciso, una mirada de empatía, una reacción cordial a sus acciones aparentemente absurdas o provocadoras puede cambiar el rumbo de su vida.

Eso convierte a las maestras y maestros en aliadas y aliados imprescindibles que con pequeñas acciones pueden transformar sus aulas en espacios seguros donde todas y todos pueden desarrollarse con libertad.

¿Cómo hacerlo? Abrazo grupal, por ejemplo, una colectiva que aborda temas de lxs LGBTQ+ (@abrazogrupal), publicó recientemente estas recomendaciones:

  1. La diversidad sexogenérica está presente, lo notes o no.
  2. Tus palabras importan más de lo que crees.
  3. Es tu responsabilidad hacer que el espacio sea seguro para todxs.
  4. No violentes a tus estudiantes, aunque así se enseñara hace años. 
  5. No comentes sobre la apariencia de tus estudiantes.
  6. Deja que vayan al baño.
  7. No lxs obligues a cumplir expectativas de comportamiento.
  8. Actualízate.

Una educación con perspectiva de género, derechos humanos y diversidad en la adolescencia tiene el poder transformador. Ya no podemos seguir replicando modelos patriarcales y heteronormativos que limitan el sano desarrollo de las adolescencias con el pretexto de no entenderlos o de que “nacimos en otra época”. Cambiando el comienzo cambiamos la historia sí, pero cambiando la adolescencia también cambiamos la historia.