Un estilo de vida en dos ruedas; 61 años del Moto Club Independiente de Saltillo

Pedro Alejandro Vázquez/Grupo Región
En los años 60, los clubes de motociclistas se consolidaron como un fenómeno cultural y social, principalmente en Estados Unidos y Reino Unido, donde surgieron como una subcultura. En México, existían clubes con influencias tanto estadounidenses como locales, muchos de ellos inspirados por la búsqueda de un estilo de vida diferente, consolidándose con eventos deportivos como el “Premio Internacional de la Amistad”, en Saltillo y eventos en pistas como Lomas de Lourdes.
Durante esta década estaban fuertemente asociados con la contracultura, el rock and roll y un estilo de vida alternativo. Además de la cultura biker estadounidense, existían clubes con raíces locales, como los que surgieron a partir de la creación de Moto ISLO, la primera fábrica de motocicletas en nuestro país y América Latina, fundada en 1955, en Saltillo, Coahuila.
Durante varios años esta empresa invadió el mercado nacional, por lo que se requería que los talleres brindaran servicio a estas máquinas, estableciéndose en las calles de Juan Aldama y Galeana, en el Centro Histórico de la ciudad, el taller Motocicletas del Norte, atendido por Cesáreo Elizondo Moncada.
“Empezó la situación del moto club hace muchos años, yo cursaba en el Ateneo Fuente y me saqué un premio del mejor promedio en aquellos años y mis padres me regalaron una motocicleta italiana, una motoneta, Lambretta, 150 centímetros cúbicos, ahí fue donde empezó mi afición por las motocicletas, me dicen que ahí fue donde me empecé a echar a perder. En aquel entonces tenía un taller donde regularmente se arreglaban motonetas de ISLO y las “cincuentitas” que eran las de batalla”, indicó Cesareo Elizondo, miembro fundador y primer presidente del Moto Club Independiente de Saltillo.
En este espacio coincidían todos aquellos que tuvieran esta afición, por lo que la convivencia y el entusiasmo generaron que el 31 de julio de 1964, por iniciativa del propietario, se conformaran en una agrupación, y dado que no recibían algún apoyo o patrocinio externo, decidieron denominarlo como Moto Club Independiente de Saltillo, tomando como emblema la Cruz de Malta o Cruz Gamada.
Además del interés que compartían, algunos de sus miembros comenzaban a sobresalir como pilotos deportivos, destacando entre ellos Melchor Elizondo Moncada, hermano menor de Cesáreo, y quien durante sus inicios practicaba en un óvalo de terracería que se ubicaba en Lomas de Lourdes, al sur de la ciudad, en una Motoneta que le facilitaba Enrique Benítez, mejor conocido como “El Gallo”.
“Se empezó a formar el grupo, y todos querían ser parte del equipo de carreras, siendo la bujía, desde entonces, Melchor Elizondo, hermano de Don Cesáreo, él era la bujía porque destacaba en sus habilidades, en su osadía, y en sus ansias de triunfo, siempre fue líder, al grado de que llegó a tener cuatro veces el título de campeón nacional reconocido por la Federación Mexicana de Motociclismo”, comentó Manuel Gómez, Presidente del Moto Club Independiente de Saltillo.
Esto los llevó a participar en la Primera Carrera Oficial en la modalidad Óvalo, que se llevó a cabo en el extinto Estadio Saltillo, frente a la Alameda de Zaragoza, el 25 de julio de 1965, y donde participaban corredores con motos ISLO de cilindradas 50, 100 y
175 CC, que portaban máquinas de línea austeramente modificadas.
Durante este evento, los pilotos del moto club tuvieron una destacada participación, por lo que Cesáreo Elizondo adquirió un lote de motos ISLO 175 CC para apoyar a los pilotos pioneros del motociclismo deportivo en la localidad, así como a los jóvenes que aspiraban a conducir en dichas competencias.
“Yo participé en varias carreras, porque tenía una motonetilla, y en ésa estuvimos en varias competencias que se hicieron aquí en el Estadio Saltillo, que estaba aquí por la Alameda, en el Estadio Olímpico, en Lomas de Lourdes, y en las Vueltas de la Laguna”, recordó José Antonio Luévano Torres, pionero del motociclismo deportivo en la localidad.
Además de las carreras en Saltillo y sus alrededores, también participaron en eventos de Coahuila, e incluso a nivel nacional. Nicolás Correa Rosales, miembro fundador del moto club, compartió su historia sobre estos eventos: “Tuvimos otras experiencias en carreras de pavimento, que eran Las Seis Horas de la Laguna, que se llevaban a cabo en Torreón, en Gómez Palacio, en toda el área de allá. En Monterrey, participamos en muchas carreras, y los campeones de aquí, que eran Melchor Elizondo y Lupe Castillo, participaban en México, en muchas partes de la República, porque fueron campeones muy destacados”.
Bairon Correa Salazar, quien forma parte de la nueva generación de miembros en el moto club, dio a conocer que existen varios planes a futuro: “Hay un proyecto importante que traemos que es construir una pista de óvalo e integrar a muchos “chavillos” o gente que anda en los Didis y todo eso, para que sepan correr. El saber correr es básicamente tener primero la seguridad y luego todo lo demás, y eso creo que va a ser un impacto importante en la comunidad, además de que si salen buenos pilotos, ¿por qué no apoyarlos para que corran y representen a Saltillo como lo hicieron ellos en los años 60 o los años 70?”
Para José Ángel Perales, durante los seis años que ha sido miembro, su experiencia ha sido: “Aprender historia acerca de las motos, las carreras que hacían ellos, todo lo que está plasmado aquí en las paredes, pero no tenía ni idea que aquí en Saltillo estuvieran ese tipo de grupos, el deporte y que son cosas que de pronto nadie se pone a buscarlo”.
El amor por este pasatiempo ha pasado de generación en generación durante estos años, ya que actualmente se han integrado hijos y hasta nietos de los que fundaron el moto club, o participaron en las diferentes carreras locales y nacionales, y a quienes se les reconoce como Miembros Honorarios, buscando que continúen con esta tradición.
“De hecho, mi abuelo también corrió motos, participó en competencias, estuvo incluso en el equipo contrario de nuestros compañeros, y al momento en que llegué al moto club, me percaté de que una foto de mi abuelo estaba aquí. Entonces eso es algo muy padre, que ya lo traes en la sangre, el amor por el motociclismo”, dijo José Armando Vega, quien recientemente se ha sumado al grupo.
Desde hace más de seis décadas, los miembros del Moto Club Independiente de Saltillo continúan reuniéndose para compartir su afición, invitando a todos aquellos que compartan este gusto, a integrarse para participar en las actividades deportivas, culturales, de apoyo a la comunidad, y disfrutar de este estilo de vida en dos ruedas.