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17 de abril de 2025
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Sáenz Cabello: tradición centenaria en velas

Sáenz Cabello: tradición centenaria en velas
  • abril 16, 2025

Leslie Delgado

En el corazón de Saltillo, en la calle Emilio Castelar, una empresa familiar ha perdurado a lo largo de cuatro generaciones, preservando una tradición artesanal que ha acompañado los momentos más significativos de fe y espiritualidad de miles de personas. Se trata de “Sáenz Cabello”, la histórica fábrica de velas y veladoras artesanales con 130 años de historia, fundada por don Francisco Cabello, bisabuelo de los actuales encargados.

Desde su fundación, esta empresa se ha caracterizado por ofrecer productos de calidad, atención cercana y un profundo respeto por las creencias de su clientela. Actualmente, continúa siendo gestionada por la familia, con Luis Gildardo Sáenz y María Lucila Sáenz Dávila al frente y el apoyo activo de sus hermanos y demás familiares, quienes mantienen viva la herencia de esfuerzo y unidad.

Durante la Semana Santa, la fábrica vive uno de sus periodos de mayor actividad. Feligreses de Saltillo, así como de municipios como Monclova, General Cepeda, Arteaga y Ramos Arizpe, acuden para adquirir cirios pascuales y veladoras, esenciales para diversas celebraciones religiosas y usos domésticos.

“Esta temporada, junto con la de Adviento, es especialmente significativa porque se celebra la bendición del cirio pascual durante la misa del Sábado Santo. Muchos fieles buscan tener un cirio bendito en sus hogares como símbolo de la luz de Cristo”, explicó uno de los integrantes de la familia Sáenz Cabello.

La fábrica ofrece una amplia variedad de productos: desde veladoras pequeñas hasta cirios en distintos tamaños, con acabados especiales y precios accesibles. La atención a cada detalle y la manufactura artesanal hacen de estos artículos objetos no solo funcionales, sino profundamente simbólicos.

Más allá del aspecto comercial, la familia asegura que la empresa ha sido sostenida por la fe. “Nos sentimos muy bendecidos por Dios y agradecidos con todos nuestros clientes. Sin ellos, esta tradición no podría seguir viva”, mencionaron, orgullosos del legado que hoy continúa iluminando hogares y templos.