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16 de junio de 2025
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“Padres sin hijos en su día”

“Padres sin hijos en su día”
  • junio 16, 2025

Leslie Delgado

Extorsión, condicionamiento y privación de convivencias por parte de sus exparejas son algunas de las situaciones que enfrentan alrededor de 500 padres de familia organizados en una asociación, quienes este domingo, en el marco del Día del Padre, no pudieron celebrar con sus hijos.

Al respecto, la consejera jurídica de la asociación “No Más Hijos Rehenes” en Coahuila, Brenda Zavala de la Peña, explicó que en la mayoría de los casos atendidos por la fundación, las convivencias están condicionadas a aspectos económicos o a situaciones ajenas al bienestar de los menores.

“Hay mamás que condicionan las convivencias a cambio de dinero, cooperación con la despensa o incluso llevar de vacaciones a la familia materna. Esto impide el desarrollo del vínculo afectivo entre padres e hijos”, detalló.

La asociación ofrece, desde hace dos años, asesoría jurídica gratuita en temas de custodia, convivencias y denuncias relacionadas con la obstrucción del vínculo paterno-filial.

La organización atiende entre 20 y 25 casos nuevos al mes en diversas regiones de Coahuila. Desde su creación en 2022, ha dado seguimiento a más de 500 expedientes, la mayoría protagonizados por hombres que buscan restablecer el vínculo afectivo con sus hijos tras una separación.

“Más de 50% de los casos activos actualmente son de padres varones que desean convivir con sus hijos y enfrentan barreras que no siempre están justificadas legalmente”, afirmó.

Entre los principales motivos de obstrucción identificados por la asociación se encuentran:

Condicionamiento económico: en algunos casos, las convivencias se permiten solo si hay apoyo económico adicional.

Denuncias sin resolución inmediata: que suspenden la convivencia mientras se investigan los hechos.

Falta de cumplimiento de resoluciones judiciales: aunque haya órdenes legales de convivencia, no siempre se hacen valer.

En al menos 30 por ciento de los casos, los padres cuentan con resoluciones legales que permiten las convivencias, pero estas no se cumplen o son bloqueadas, según datos recabados por la asociación.

 

Padres buscan convivencias equitativas

Zavala de la Peña señaló que más de la mitad de los casos en curso involucran a padres que han acudido a los tribunales con la intención de mantener un contacto estable con sus hijos.

En algunos procesos, se ha observado que a los padres se les solicita una investigación previa antes de concederles convivencias o custodias provisionales. La abogada subrayó la importancia de que las decisiones judiciales se tomen con base en el bienestar de los menores y en igualdad de condiciones para ambos progenitores.

La asociación ha identificado casos en los que se presentan acusaciones que derivan en la suspensión de convivencias, mientras se investigan los hechos. En algunos procesos, se ha demostrado que las denuncias carecían de sustento, por lo que se han iniciado procedimientos legales para garantizar tanto la integridad del menor como el derecho de convivencia del padre.

“Trabajamos para proteger el interés superior del niño. Cuando un menor crece alejado de uno de sus padres sin razón legal ni justificación, pueden generarse consecuencias emocionales importantes”, indicó la consejera jurídica.

 

¿Qué servicios ofrece la asociación?

“No Más Hijos Rehenes” cuenta con un equipo jurídico que da seguimiento a casos en Saltillo, Torreón, Monclova y otras ciudades del estado. Ofrece asesoría gratuita a padres y familiares que cumplan con ciertos requisitos, como no tener antecedentes de violencia, estar al corriente en el pago de pensión alimenticia y aceptar evaluaciones psicológicas si el caso lo requiere.

La organización hizo un llamado a poner en el centro de todas las decisiones el bienestar emocional de niñas y niños, promoviendo entornos donde puedan mantener una relación estable con ambos padres, siempre que las condiciones lo permitan.

“No se trata de una confrontación entre papás y mamás. Lo que buscamos es que los hijos no crezcan en medio de conflictos, sino con amor, estabilidad y equilibrio emocional”, concluyó.

 

“Un año sin ver a mis hijas”; denuncia bloqueo de convivencias y prejuicios judiciales

Diego, padre de dos niñas, denunció públicamente las irregularidades y omisiones que ha enfrentado durante años en su intento por mantener una relación cercana con sus hijas, luego de una separación. Su testimonio visibiliza una problemática creciente: la violencia institucional que enfrentan padres en procesos familiares, donde las convivencias son limitadas o incluso bloqueadas, y las decisiones judiciales replican estereotipos de género que excluyen a los hombres del ejercicio pleno de la crianza.

“Desde el principio, todo se le concedió a la madre. A mí me tocó justificarme por ser papá”, aseguró Diego en entrevista. Señaló que, a pesar de que la ley establece igualdad entre ambos progenitores, las instituciones siguen actuando bajo la lógica de que la madre es automáticamente la cuidadora principal, mientras que el padre es visto como omiso o violento, sin pruebas.

El caso de Diego no es aislado. En su experiencia, presentó denuncias de violencia ejercida contra sus hijas, mismas que, afirma, fueron ignoradas por el juzgado familiar. “El juez no tomó en cuenta la evidencia ni las evaluaciones psicológicas. Al final, solo quedó el prejuicio: la mamá es buena, el papá es el problema.”

Durante más de un año, Diego no pudo ver a sus hijas, incluso cuando tenía convivencias autorizadas por orden judicial. La madre, dijo, condicionaba los encuentros o simplemente no se presentaba. “Pasé un año entero sin verlas, y luego vinieron las convivencias supervisadas, que tampoco se respetaban. Si ella se molestaba, me bloqueaba el acceso. Y las instituciones no hacían nada.”

El padre también señaló que enfrentó actos de extorsión emocional, donde se le condicionaba ver a sus hijas según decisiones personales de la madre. “Si tenía pareja, si no le gustaba algo, me dejaba sin verlas. Me cortaban la comunicación de la noche a la mañana.”

Actualmente, denuncia que sigue habiendo negligencia en los procesos judiciales y falta de seguimiento por parte de las autoridades. “Un día sin convivencia es un día perdido que no vuelve. Y mientras esperamos reportes, peritajes o estudios, los niños siguen sin ver a sus papás.”

Desde su experiencia, Diego hizo un llamado urgente al Poder Judicial y a las instituciones encargadas de velar por los derechos de la niñez: “El bienestar de los niños no debe estar condicionado por el ego de un adulto ni por la pasividad del Estado. Las convivencias deben garantizarse de forma real y efectiva. No podemos seguir normalizando la exclusión del padre bajo prejuicios institucionales.”

Organizaciones de defensa de derechos familiares han alertado sobre un incremento en los casos donde padres son apartados del vínculo con sus hijos, muchas veces sin sustento jurídico y con el respaldo pasivo de las autoridades.

El caso de Diego se suma a una exigencia colectiva: que las instituciones dejen de actuar con sesgos de género, que se fortalezcan los mecanismos para garantizar convivencias equitativas, y que la ley se aplique sin distinciones, priorizando siempre el interés superior del menor.