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Jóvenes no miden el peligro de las drogas

Foto: Especial

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08 de Julio 2021

Sin temor a las adicciones, este sector de la población se adentra en el mundo de las drogas como una forma de experimentar algo nuevo pensando que cuando desee lo puede dejar

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Universitarios sin miedo a las adicciones, desinformados, creyendo que por probar no pasará nada más, con padres de familia creyendo que ya son adultos y con un desarrollo cerebral que indica lo contrario, son el objeto de preocupación de los Centros de Integración Juvenil y de las propias universidades, que en el marco del Día Mundial de la Lucha contra las Adicciones se reunieron a analizar el cómo se enfrentan a ellas.

En especial, ante un eventual regreso a clases presenciales que forzará de nueva cuenta a la interacción social, bajo nuevas reglas, ansiedades y emociones. Y en donde la afectación de las adicciones ha llegado a grado tal que ahora los jóvenes adultos pierden desde un empleo hasta la patria potestad de sus hijos por el consumo de drogas.

El 26 de junio de 1987 la ONU instituyó el Día Mundial de la Lucha contra las Drogas y este año, el lema fue el de “Mejor Conocimiento, para un Mejor Cuidado y cooperación entre las instituciones”, el Centro de Integración Juvenil en Saltillo organizó un panel donde los especialistas analizaron si los jóvenes universitarios están conscientes del peligro de las adicciones, cómo se informan al respecto del uso de drogas y qué opciones se plantean desde las instituciones.

Norma Alicia Pérez Reyes, directora de los Centros de Integración Juvenil asegura que prevenir y atender el consumo de drogas es cada vez más urgente, la edad a la que entran en contacto no solo disminuye sino que además, el target del consumo está cambiando.

“Se dejó de lado que era un problema solo de jóvenes, ahora adultos jóvenes y personas laboralmente activas pierden su trabajo por consumo y que padres y madres de familia pierden la potestad de sus hijos por consumo de sustancias”.

“Con la pandemia estamos atendiendo problemas psicoemocionales, consumo de sustancias, angustia, depresión, violencia de pareja, en el hogar y dentro de las cosas difíciles también hemos rescatado cosas favorables, ahora es nuestro interés alzar la voz y la importancia de informar, porque es la mejor forma de hacer prevención”.

Los universitarios, son adultos jóvenes que se encuentran en una importante etapa de su vida.

A pregunta expresa de si los universitarios perciben como una conducta de riesgo el consumo de sustancias, las representantes de la Universidad Autónoma de Coahuila, de la Universidad Autónoma del Noreste y de la Universidad Agraria Antonio Narro, coinciden en que los jóvenes estudiantes no consideran que lo sea.

Para Sandra Pérez Negrón, sub directora de Psicología y Educación de la UANE: “Los chicos conocen cualquier tipo de sustancias pero no lo ven como algo que les va a afectar, más bien lo ven como algo que me gusta, me hace sentir bien en el momento, que lo disfruto y que tengo un acceso tremendamente fácil a llegar a lo que necesito. Entonces no es tanto que midan las consecuencias, éstas las empiezan a asimilar cuando de manera directa, el mejor amigo o la mejor amiga, e incluso en ellos mismos, empieza a pasar una situación de me pasó esto, o tuve una sobredosis, choqué, hice cosas que no debía; cuando asumen las consecuencias de sus actos es cuando empiezan a tomar conciencia”.

“Piensan que es gripa y que con un desenfriolito se va a curar el problema y no nada más ellos, y creo que es importante, sino también los papás. Dicen: “es que lo fuimos a jurar a la iglesia y mi hijo ya prometió que no lo va a volver a hacer”.

“Si es algo difícil y complicado reeducar o psicoeducar el entorno en el que vive el estudiante porque piensan que con el mejoralito va a pasar y no es así, lo perciben que cuando yo quiero, lo dejo, que como cuando lo hice la primera vez, cuando no quiera ya lo voy a dejar, lo cual es complicado aunque sí difícil salir de esa situación”.

La maestra Yanira Yaber Patiño, Jefa del Departamento de Formación e Investigación Educativa de la Universidad Antonio Narro coincide en la falta de conciencia por parte de los jóvenes: “cuando recibimos a los alumnos están en un proceso de maduración, de la mayoría de las ciudades del país con diferentes culturas y costumbres, toda esta convivencia multicultural abarca muchísimos aspectos, lo que puede considerarse normal no lo es para otro tanto. El consumo sobre todo de alcohol, tenemos internados varoniles y los fines de semana hay descontrol y quizás el consumo aumenta, porque no están percibiendo lo que esto conlleva y el alcohol es la puerta hacia otras sustancias”.

La doctora Gabriela Linares Acuña, coordinadora de la Facultad de Psicología y Derechos Humanos de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila, observa que incluso hay carreras como la de la psicología en la que se infiere su uso por la naturaleza de la misma.

“La carrera de Psicología está un poco estigmatizada al hecho de que la filosofía, la psicología, los muchachos se enteran del aquí, del allá, del entonces, del origen del hombre y eso los trasladó; hay muchos muchachos que se van a la cuestión ontológica, y de que hay que fumar, y que las cultura prehispánicas y todo eso”.

“Es una situación problemática porque la verdad la psicología no tiene nada que ver en el sentido no científico, no por ser la filosofía no es ciencia, somos un hijo de la filosofía y de ahí partimos, pero como que los chicos se van hacia el aprendizaje que tienen del ser humano como tal, de ser abiertos a las posibilidades y eso los hace a ellos creer que hay que abrirse a las posibilidades y el experimentar algo no quiere decir que tu debas experimentar para saber qué hacer o cómo hacerlo”.

“También hay quienes dicen esto no pasa nada, y otros dicen en la clase lo vemos, alteras tu conciencia de forma artificial y si existe, vamos a ver qué riesgos, quieren vivirlo para luego comentarlo como parte de una experiencia personal, esa es la percepción que algunos maestros tenemos con respecto a alumnos que no ven que haya un riesgo con respecto a su salud, aunque hay esos que están conscientes de es un riesgo para su salud y critican a los que ya saben porque en un salón se sabe quién consume, cómo y cuándo”.

“Como docente se te van los detalles, cuando era presencial y te dicen que venía en vivo y muchas veces hemos aprendido de esos léxicos, y nosotros como maestros cómo nos vamos a presentar a generaciones con nuevas drogas sintéticas, que antes se llamaban de una manera, ahora de otra, de manera que hay que prepararnos de manera personal para afrontarlo”.

Por otra parte, son las redes sociales de dónde se obtiene mayormente la información sobre el uso y consumo de drogas.

“Las redes sociales son lo básico, se informan por whatsapp, lo consultan y como maestros tenemos una gran responsabilidad porque la información está a un clic de distancia y se cuestionan nuestra función, ahora es guiar hacia dónde va la información, las universidades estamos interconectadas de manera global, maestros y docentes tenemos la responsabilidad de decirles cuáles medios son científicos y confiables, bases de datos, journals porque cualquiera puede informar pero nosotros debemos formar, padres y maestros somos formadores ya que las redes y los medios están haciendo la labor de informar y en el tema de drogas no se diga. Ahora las drogas te las llevan a la puerta de tu cosa, la creatividad en la venta de drogas las pone cada vez más cerca de nosotros”.

Afirma Sandra Pérez Negrón, sub directora de Psicología y Educación de la UANE y quien agrega “Los jóvenes recurren a San Google, encuentran millones de comentarios y siempre van a encontrar a quienes les digan lo que quieran, y si salen a la calle siempre encontrará quien se la ofrezca e incluso entre los mismos compañeros se la recomiendan; y en la calle la conexión es muy fácil obtenerlas”.

Además, agrega: “Ya vivimos la cuarentena, el encierro, ahora vamos a vivir la cuestión de salir, de tener ese contacto que no tuvimos en un año, experimentamos el miedo a un contagio, ante cualquier eventualidad que nos suceda, tenemos que reaprender a vivir este proceso”.

En experiencia de la titular de los Centros de Integración Juvenil Norma Pérez, aunque existe entre los universitarios la percepción de riesgo “gana más la sensación de experimentar, de no quedarse atrás, el ser parte de lo que la mayoría se atreve a hacer, hay presión grupal que en ocasiones no se puede manejar y ceden a experimentar y a probar y ahí está el riesgo si ya hay deficiencias emocionales y si la experiencia con la droga llega a ser placentera en ese momento, desafortunadamente hay una ganancia, que quienes no la requerimos emocionalmente no será necesaria, pero para quienes no la tienen puede marcar el inicio de desarrollar una dependencia”.

Respecto a la información que obtienen, concluye, “es importante acompañar y guiar al joven de que no todo lo que se lee en redes sociales es verídico, los sitios que visitan regularmente no tienen esa confirmación científica que les permita tomar decisiones con bases reales”.

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