Banner

El medio que cubre todo Coahuila

10 de febrero de 2025
Local

El 80% de los cuidadores de un familiar enfermo son mujeres

El 80% de los cuidadores de un familiar enfermo son mujeres
  • julio 4, 2023

A pesar del deterioro a la salud física y mental derivado de la función que asumen, en México no existe programa de apoyo a esta figura, pues solo se enfocan en el paciente

JESSICA ROSALES

En México, ocho de cada 10 cuidadores de un familiar enfermo son mujeres, y el 45 por ciento, solteras. Las personas que deciden ser cuidadores de la salud asumen la responsabilidad sin importar que su salud física y emocional se vea comprometida, y en ocasiones, la falta de atención a sí mismos los lleva también a la muerte.

En Sexto Día, la tanatóloga Libia Reyes Uribe explica que quienes se convierten en cuidadores primarios, es decir, permanecen gran parte de su tiempo atendiendo al enfermo, requieren de apoyo y una rutina que les permita minimizar los estragos y consecuencias a su salud, pues de lo contrario, terminarán siendo también los enfermos.

“Lo primero que me dicen es que se sienten solos y abandonados por la familia, además de la incertidumbre de qué va a pasar con su familiar. La primera pregunta que se debe hacer una persona es saber si estoy apto para cuidarte, pues muchas veces son adultos mayores a cargo de adultos mayores”, señala.

Añade que, en caso de enfermos terminales, la persona deja de comer y dormir en los horarios adecuados, deja de hacer sus actividades cotidianas, debido a que su vida se enfoca totalmente al cuidado del familiar.

“Se dice que fallece la persona y el cuidador a cierto tiempo también, pues sí, porque sus problemas de salud que ya tenía, los descuida, y entonces ahí empieza a generar también un problema de salud, hay muchos mitos alrededor, es que se lo llevó, es que lo extrañaba, etc, y lo que sucedió es que hubo un descuido”, destaca.

Y es que de acuerdo a la estadística es una sola persona la que se convierte en el cuidador primario, cuando debe ser la familia la que programe roles que les permitan a todos participar en el proceso tanto para el paciente como para la salud del resto de los integrantes del hogar.

Libia Reyes indica que, aunque son pocos, existen excelentes cuidadores masculinos, pero debido a que algunos reprimen las emociones es necesario llevar algún tipo de terapia para prepararlos y capacitarlos para afrontar esta tarea.

En México el 47.8% de los adultos mayores son dependientes

La situación del cuidado en de las personas mayores en nuestro país, no es diferente a la de otras partes de América Latina y el Caribe. Se estima que para 2015 había más de 18 personas con necesidad de cuidado por cada 100 con posibilidad de brindarlo.

Para ese mismo año, de acuerdo con datos del IMSS, el 47.8% de los adultos mayores mexicanos padece algún tipo de discapacidad y sufre las consecuencias de las enfermedades crónicas acumuladas. Además, el avance en la transición demográfica y la carencia de apoyo formal, provocará que eventualmente se requiera más del apoyo de cuidadores informales, es decir, de familiares. En este sentido, sin el entrenamiento y las técnicas adecuadas, estas personas, por lo regular familiares, llegarán al agotamiento, cansancio o colapso del cuidador.

En Estados Unidos se ha encontrado que hasta el 32% de los cuidadores, presentan un alto grado de colapso, mientras que el 19% presentan colapso moderado (NAC, 2009). Dentro de las principales consecuencias del colapso del cuidador se encuentra el deterioro de su propia salud y a su vez de la salud del paciente cuidado.

La economía familiar que no satisface las necesidades básicas del grupo primario, predispone a colapso del cuidador de una manera temprana debido a que se tiene que erogar los nuevos gastos que demandan las enfermedades. Sin recursos comunitarios que simplifiquen la vida de los enfermos y sus cuidadores, el colapso se ve favorecido.

El cuidador no debe abandonar su vida

La experta en tanatología, Libia Reyes, señala que los cuidadores no deben abandonar su vida ni actividades cotidianas, y deben coordinarlas con la atención del paciente, pues esto les permitirá evitar una sobrecarga emocional y física, y con ello su salud no se verá afectada.

Destaca que una cultura errónea limita a las personas a salir a hacer actividades como ejercicio, ir al cine o incluso salir de vacaciones en el momento de la enfermedad de un paciente, por miedo a ser juzgados; sin embargo, indicó que ello no significa que le reste importancia a su familiar, sino que es parte del cuidado de su salud en todos los sentidos.

Ofrece calidad de vida al paciente enfermo

La mayoría de las veces cuando un familiar enferma de gravedad, incluso cuando se trata de diagnósticos terminales, los esfuerzos de quienes los cuidan se enfocan a encontrar soluciones y tratamientos para su recuperación, lo que en ocasiones representa un desgaste innecesario, sin pensar que ese tiempo puede aprovecharse en darle al paciente calidad de vida en sus últimos momentos.

Reyes Uribe comenta la importancia de estar conscientes del tipo de enfermedad y el tiempo de vida que le queda, pues esto indica que los cuidados no serán para sanar, sino para dar una calidad de vida.

“Es lo que puedo hacer hoy por ti, porque mañana no se si vas a estar y si yo desde ese momento asumo que eso puede suceder, que el cuidador primario pueda reconocer esto, será mucho mejor, porque hay personas que entran en la negación, pese al diagnóstico”, comenta.

La experta señala que esto evitará las culpas y los remordimientos, pero además tendrá la oportunidad no solo de despedirse sino de ayudarlo a sacar adelante algunos pendientes que pudiera tener sin resolver por su enfermedad, disfrutar al paciente y apacharlo.

“Muchas veces pierdes el tiempo, porque a veces estás tan ocupado en tratar de buscar el remedio que te dio la comadre, la vecina, porque con esto piensas que se va a curar, y te estas perdiendo de un tiempo valioso con tu familiar”, expresa.

Otro error que cometen algunas personas es reservar el diagnóstico hacia otros familiares y hacia el propio enfermo, lo cual traerá consecuencias más graves para todos, pues no se apoyará en otros integrantes de la familia y el paciente dejará de resolver asuntos de importancia, incluso despedirse.

Así mismo, uno de los grandes pendientes para este grupo de la población son la falta de políticas públicas y programas para ofrecer apoyo a quienes se tienen que enfocar al cuidado de un enfermo, ya sea un adulto mayor, una persona con una enfermedad crónico- degenerativa, demencia o una enfermedad terminal, pues esto deteriora su salud y su vida.