Desvío millonario deja a Torreón sin agua

Víctor Barrón
Miles de hogares en Torreón no tienen acceso al servicio de agua potable desde hace un mes, afirmó el senador Luis Fernando Salazar Fernández, quien responsabilizó de esta crisis al alcalde Román Alberto Cepeda González, por el presunto desvío de 66 millones de pesos del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) de Torreón, derivado de la contratación de una empresa “fantasma” para realizar el mantenimiento de bombas.
En rueda de prensa, el senador exigió la renuncia del munícipe, a quien acusó de pasar por alto un derecho humano fundamental como es el derecho al agua.
Salazar Fernández aseguró contar con evidencia de facturas presentadas ante el Sistema de Administración Tributaria (SAT), entre agosto de 2024 y junio de 2025, donde en suma, el organismo operador de aguas paga el monto mencionado a la empresa de razón social Grupo Integrador de Servicios de Edificación, S.A. de C.V., como parte de una supuesta red de corrupción.
Señaló que la empresa contratada para dar mantenimiento a las bombas de agua tiene como prestanombres a José Feliciano Hernández Hinojo, escolta del secretario del Ayuntamiento, José Elías Gánem Guerrero.
“Es como la manera más sencilla para ellos de extraer el recurso público y de robarlo porque es difícil hacer una fiscalización en el lugar, cuando las bombas deben estar, muchas de ellas, en condiciones técnicas inaccesibles para el ciudadano al estar sumergidas, al estar 100, 200, 400 metros bajo tierra y disfrazan: ‘Ya le dimos el mantenimiento’. No se lo dan”, sostuvo.
Además, el morenista presentó un video grabado en el domicilio de la empresa en cuestión, en avenida Morelos número 2324, en la colonia Centro de Torreón; donde argumenta que esta no paga personal ni gastos de operación y solamente es fachada para orquestar el desvío de recursos públicos.
Por este motivo, dijo que el lunes presentaría denuncias ante la autoridad federal y la Fiscalía Especializada en Delitos de Hechos de Corrupción en Coahuila, a fin de llegar hasta las últimas consecuencias.