Camino a Valinor
¿Qué significa ser Hombre?
José Inocencio Aguirre Willars
¡Hola! Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora en que me lean.
El 19 de noviembre, se conmemora el Día Internacional del Hombre. Una fecha que no busca competir con nadie ni reclamar espacios, sino recordarnos algo esencial: en el mundo actual, ser hombre es una oportunidad extraordinaria.
Oportunidad para redefinir nuestra presencia, para construir relaciones más sanas y para ejercer una masculinidad bien enfocada: una masculinidad que no domina, sino que acompaña; que no impone, sino que sostiene; que no se mide por la dureza, sino por la capacidad de generar equilibrio en la familia y en la comunidad.
Desde 1999, cuando Trinidad y Tobago impulsó esta conmemoración, el objetivo ha sido destacar modelos positivos, promover la salud emocional y reconocer el papel del hombre en la sociedad. Pero hoy esta fecha significa algo más profundo: el llamado a ejercer una hombría consciente, madura y generosa.
Durante años se nos enseñó que ser hombre era cargar solo, endurecerse, callar. Hoy entendemos que la verdadera fortaleza está en estar presentes, en abrir el corazón sin perder la firmeza, en asumir la responsabilidad sin caer en la soberbia. En ser apoyo, puente y guía.
En un país donde la violencia, la incertidumbre y la desconfianza parecen multiplicarse, los hombres tenemos la oportunidad de ofrecer algo distinto: serenidad, coherencia, estabilidad. Una masculinidad bien enfocada puede ser un contrapeso vital frente a la frustración social. Puede ser ejemplo para los hijos, acompañamiento para la pareja y liderazgo positivo en cualquier espacio.
Ser hombre hoy también implica reconocernos vulnerables. Aceptar que cargamos presiones silenciosas, que las tasas de suicidio y depresión nos afectan más de lo que admitimos, que cuidarnos —emocional y físicamente— es un acto de responsabilidad, no de debilidad.
La esencia del hombre permanece: la capacidad de proteger, de trabajar, de levantarse. Pero ahora se suma algo decisivo: la posibilidad de usar esa fuerza al servicio del equilibrio, de la unión, de la empatía. De ejercer una masculinidad que construya hogares más sólidos, comunidades más pacíficas y relaciones más humanas.
Ser hombre no es un problema ni un estorbo. Es una responsabilidad, sí, pero sobre todo es una oportunidad: la oportunidad de ser mejores cada día, de vivir con honor, de sostener nuestra palabra, de inspirar con el ejemplo y de sumar al mundo que heredarán quienes vienen detrás de nosotros.
Que este día nos invite a abrazar esa oportunidad con convicción.
Saludos a todas y a todos y por aquí nos vemos la próxima semana.
