Va INAH contra Isidro por daños a monumento

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) presentará una denuncia contra el Ayuntamiento de Saltillo tras descubrir que las alas del centenario monumento a Manuel Acuña ubicado en la plaza del mismo nombre fueron perforadas para colocar argollas de metal por motivos desconocidos.

José Francisco Aguilar Moreno delegado federal del INAH, acudió en persona a tomar conocimiento del daño causado al monumento histórico.

“Aquí lo que tenemos que hacer es poner la denuncia contra quien resulte responsable, pero para que nos hacemos es preguntarle al ayuntamiento quien tendrá primero que resarcir el daño y en caso de negligencia se procede a una sanción administrativa”, advirtió.

Recordó que durante esta administración municipal, los trabajadores encargados de mantenimiento han incurrido en varias anomalías como la mala limpieza del mármol con que está hecha esta estatua.

Además se pintó la escultura, cuando explicó el delegado que esto nunca debió hacerse, ya que debe ser tratado con ciertas normas para recobrar su blancura.

La escultura realizada por Jesús Conteras fue un proyecto que inició en 1898, para culminar y estar lista en el lugar en que actualmente se erige en 1916, luego de una gira en la que se mostró su belleza en varios escenarios.

A simple vista se puede apreciar como perforaron ambas alas de la escultura del ángel y colocaron unas armellas o argollas de mediano tamaño y que se presume fueron utilizados para colgar algo.Dijo que en monumentos históricos se debe pedir autorización del INAH para cualquier maniobra, ya sea de limpieza, de restauración o de modificación, donde esta última esta totalmente prohibida y penada por la ley federal.

Mencionó que por obviedad nadie pudo subirse y hacer esos hoyos, sino era del ayuntamiento, por lo que ahora el gobierno de Isidro López tendrá que dar una explicación a los saltillenses de este patrimonio que fue dañado y que puede perder su valor y belleza con los agujeros que ahora luce.

El tema de la escultura es un ángel sobre el que reposa el poeta saltillense Manuel Acuña justo en el momento de su agonía después que se suicidó.

La obra antes de estar en la Plaza, fue llevada a Paris en 1900, para luego estar en la Ciudad de México y finalmente reposar en la plaza Manuel Acuña, ubicada en Aldama y Acuña en el Centro Histórico de Saltillo, de donde fue movida nuevamente en 1953 a la Alameda y regresada en 1999 a su lugar original.

JCA