Hacerse un tatuaje no solamente aumenta el riesgo de contraer hepatitis o cáncer, también afecta directamente el sistema inmune, de acuerdo a un informe publicado por la Comisión Europea.
Y es que algunos componentes de la tinta pueden llegar a ser altamente tóxicos, indicó otro estudio, divulgado por Scientific Reports. Esta investigación señaló que los pigmentos que componen la tinta de los tatuajes pueden viajar dentro del cuerpo en forma de micro y nanopartículas, llegando hasta los ganglios linfáticos.
Aunque la gran mayoría de las tintas utilizadas para los tatuajes contienen pigmentos orgánicos, no deja de también incluir conservadores y contaminantes como cromo, cobalto, níquel y manganeso.
Es por eso que “cuando alguien quiera hacerse un tatuaje debe estar muy atento a concurrir a lugares que emplean agujas estériles. Todavía nadie controla la composición química de los colores, haría falta hacerlo y ahora demostramos el motivo”, señaló Hiram Castillo, del European Synchrotron Radiation Facility, en Francia.