REDACCIÓN
Según especialistas, ducharte todos los días puede afectar tu manto lipídico, el cual se encarga de humectar tu piel y funciona como barrera para no irritarte.
Existen bacterias que protegen tu piel de infecciones y pueden eliminarse si se baña excesivamente.
Expertos plantean que solo es necesario bañarse cada dos días. Aunque si te sientes sucio, puedes enjuagar el sudor y la suciedad diariamente.
Además, el agua no debe de estar demasiado fría ni demasiado caliente, ya que puede destruir los aceites naturales de la piel.
Después de la ducha, es importante aplicar algún hidratante para mantener el manto lipídico y restablecer lo que se haya podido perder durante la ducha.