La fosa que alberga a los osos, “Capi” y “Melina” en el Museo del Desierto de Saltillo, luce en completo abandono e invadida de hierba a lo largo y ancho de los más de 20 metros que ocupa el hogar de estas especies.
En el lugar no se observaron los osos negros de más de 200 kilos de peso, y no se sabe el por qué el descuido en la zona de los osos, que fue asignada para que sea admirada por los turistas a través de vitrales.
En un recorrido por este medio se pudo apreciar arbustos de pasto y de hierba mala que crecen sin control, sin que las cuadrillas del museo entren a brindar mantenimiento.
Como se recordará “Capi” y “Melina” llegaron al Museo del Desierto en 2011 y desde hace cinco años han sido la estrella principal de este recinto al grado de celebrar cada año su aniversario.
Sin embargo, a estas fechas dista mucho de cómo inició esta zona, que antes lucía pasto podado, una fosa de agua cristalina para delimitar el espacio y diversos juguetes con los que se entretenían los osos.
Además el espacio de los osos está invadido de polvo de las construcciones aledañas de nuevos espacios que se realizan para traer otro tipo de animales como los bisontes que están a punto de ser exhibidos.