REDACCIÓN
El amor es tan parte del ser humano como respirar, y todo el tiempo estamos en su busca o en su espera. Pero es hasta ahora que se cuestiona conscientemente lo realmente lo importante: ¿Cómo quiero ser amado? Y aquí, entran las diferencias entre el amor sano, y el amor tóxico.
Amor sano
- Existe un apoyo mutuo para crecer y realizar todas aquellas metas y sueños. Lo más hermoso es que es algo que se construye juntos.
- Se respeta y fomenta la automotivación. El desarrollo de la seguridad está en uno mismo, y cada quien se encarga de su propia validez.
- La aceptación es un asunto de todos los días. Es el respeto ante las decisiones y la personalidad del otro.
- Existe iniciativa, una aportación para realizar actividades en donde ambos tengan un rol importante.
- Se valora la independencia. Se puede hablar de la estabilidad emocional, de forma que cada uno se haga cargo de si, sin depender del otro.
Por supuesto, en una relación de amor sano el objetivo es compartirse el uno con el otro, y eso implica poder respetar todos los puntos anteriores. ¿Qué pasa cuando no es así? Pues que no tienen una relación sana.
Amor tóxico
- Predomina la obsesión. El priorizar a la otra persona ante cualquier situación, creando una dependencia.
- Es una relación controladora, que se basa en mentiras, reproches, manipulación y luchas de poder.
- Hay una constante idealización. Una visión de la otra persona distorsionada de la realidad, que transforma todo aquello que no les agrada en algo totalmente distinto.
- Se siente ansiedad cuando hay una separación, en donde alguno de los dos, o ambos, se sienten incapaces de estar solos.
- Siempre hay condicionamientos, ocasionados por no aceptar a la persona cuando no satisface el ego.
Estas señales pueden ser detectadas de inmediato, o no. Sabemos que es difícil salir de una relación tóxica, por lo que si algo de este artículo te hizo pensar ¡no dudes en ir a terapia! Cuidar nuestra salud mental y emocional es parte del amor sano que merecemos tener.