Luego de la polémica que surgió en redes sociales en donde surgió la posibilidad de que Guillermo del Toro se hubiera inspirado fielmente en un corto holandés, The Space Between Us, para hacer su más reciente cinta, La forma del agua, te explicamos por qué la película del mexicano está lejos de ser un plagio.
La Forma del agua fue concebida en 2011, durante un desayuno entre Guillermo Del Toro y Daniel Kraus.
En el encuentro Kraus mencionó que tenía en la mente una historia de una mujer de limpieza que trabajaba en una institución gubernamental y que se hacía amiga a escondidas de un hombre anfibio que estaba cautivo, pero un día ella decide liberarlo.
A Guillermo del Toro le gustó tanto la idea que le pidió permiso a Kraus para usar su historia para hacer su próxima cinta.
Desde ese momento el mexicano empezó a idear lo que sería su próximo trabajo cinematográfico.
En 2014, el jalisciense pagó de su bolsillo a un grupo de artistas y escultores para que hicieran diseños y modelos en plastilina, mismo que utilizaría para presentar la historia sa Fox Searchlight.
Tres años antes de que comenzara el rodaje de la película, Del Toro contrató a Guy Davis y Vincent Proce para que diseñaran el laboratorio y el cilindro de agua.
Un año después, contrató a dos escultores, David Meng y Dave Grosso, para que perfeccionaran el diseño de la criatura acuática en su taller Bleak House.
Guillermo estaba tan emocionado y comprometido con este trabajo que una vez más puso de su bolsillo dinero para financiar el diseño y la elaboración de la criatura acuática.
Apenas hace seis meses, el jefe de producción del cortometraje “The Space Between Us”, Didier Konings, dio a conocer las semejanzas de los filmes en su cuenta de Facebook.
Por otor lado, Marc Nollkaemper, el director del cortometraje, nunca señaló directamente a Guillermo del Toro de plagio.
¿Qué te parece? ¿Tal vez fue una coincidencia?