Los canadienses de @deadlyapples hacen vibrar el segundo día del @hhfest
El festival Hell & Heaven 2018 impartió este sábado una cátedra sobre la historia del metal; en poco menos de 10 horas, los asistentes vieron desfilar a algunas de las bandas y artistas más destacados de las distintas etapas por las que ha navegado el género.
Cerca de las 15:00 horas, los nubarrones de tonos grisáceos, acompañados de fuertes vientos, vaticinaban una tormenta como la que azotó a la comunidad del metal la tarde-noche de este viernes, sin embargo, tras un par de minutos de ligera lluvia, la amenaza se disipó.
Los miles de metaleros comenzaron a abarrotar el escenario principal, el cual estaba divido en dos partes, cielo e infierno; en un claro homenaje al nombre de aquella canción interpretada por Black Sabbath y la poderosa voz de Ronnie James Dio llamada Heaven and Hell.
Una de las primeras bandas en tocar fue Deadly Apples, un grupo canadiense formado durante la etapa de gloria del incomprendido “nu metal”, muy popular a inicios de este milenio; el vocalista Alex Martel se entregó en todo momento, incluso se lanzó al público durante un largo tiempo.
Minutos después, la banda noventera de “death metal”, Gojira, se apoderó del escenario Hell; los hermanos Duplantier conectaron de manera perfecta con el público mexicano, el cual no dejó sacudir la cabeza de adelante hacia atrás durante la participación de los franceses.
Gojira se despidió entre ovaciones y dio la bienvenida a uno de los iconos de la cultura popular más importantes de la década de las 90, Marilyn Manson; los asistentes lanzaron rechiflas y mentadas, pero no para el músico, sino para los ingenieros de audio que no hicieron lucir la voz del artista.
Manson reclamó en varias ocasiones por el mal sonido, sin embargo, se entregó al máximo para que su voz pudiera superar los inconvenientes; pasada la primera mitad del show, Marilyn finalmente pudo mostrar todo su potencial ante sus miles de fanáticos.
Una vez que Manson dejó el escenario Heaven, los ríos de gente se transformaron en poderosas olas que se movían de un lado a otro, pues en el templete del Hell ya se encontraba la leyenda estadounidense del “thrash metal”, Megadeth, encabezada por el virtuoso Dave Mustaine.
Dave y el bajista David Ellefson, fundadores de la banda en los 80, regalaron una de las mejores presentaciones del festival; no sólo complacieron a su inmenso público con sus temas clásicos, sino que en todo momento se mostraron cercanos, corteses y agradecidos con la gente.
Megadeth volvió a conquistar México con canciones como Hangar 18, In My Darkest Hour, Take No Prisioners, Tornado of Souls, Holly Wars y la infaltable Symphony of Destruction; en el aire quedó retumbando la frase “Megadeth, Megadeth, aguante Megadeth”.
El gigante del trash dejó preparado al público para recibir a los padrinos del “heavy metal”, Judas Priest. Rob Halford, una de las voces más influyentes del género realizó toda una travesía por las distintas eras de la banda; desde su debut discográfico en 1974 hasta su álbum publicado este 2018.
Los británicos lanzaron todo el repertorio al asador con temas como Grinder, Metal Gods, Breaking the Law y Painkiller, los cuales fueron recibidos con cánticos, movimientos acelerados de cabeza y el clásico “oe, oe, oe, oe, Judas, Judas” o su variante “oe, oe, oe, oe, Halford, Halford”.
Cerca de la media noche, aparecieron sobre el escenario Hell el indestructible Ozzy Osbourne y su banda, para cerrar de manera correcta el paseo por la historia del metal, es decir, con uno de los miembros fundadores de la banda que creó el sonido del genero a finales de los 60; Black Sabbath.
Ozzy nunca ha tenido una gran voz, sin embargo, es uno de los vocalistas de metal más querido del mundo. Puede que Osbourne canté peor año con año, pero la actitud maníaca que lo ha llevado a lo más alto del olimpo del metal se refuerza con el paso del tiempo.
El británico cantó sus éxitos de solista como Bark at the Moon, I Don´t Know, Suicide Solution, Mr. Crowley y Crazy Train, sin embargo, los temas que se robaron la noche fueron aquellos de su etapa en Sabbath, antes de ser echado en 1979.
El guitarrista Zack Wylde comenzó a tocar las inconfundibles notas de War Pigs, la canción de Black Sabbath que narra cómo los ricos y poderosos mandan a los jóvenes a luchar en guerras que sólo sirven para sus “corruptos intereses”; el público coreó el tema de inició a fin.
Ozzy, quien ha anunciado que este será su último tour, eligió para cerrar Paranoid, la canción que fue escrita en un par de minutos en 1970 y que ahora es considerada uno de los máximos himnos no sólo de la historia del metal, sino del rock en general.
Es de llamar la atención, que sin el trabajo en Black Sabbath de Ozzy en la voz, Tony Iommi en la guitarra, Geezer Butler en el bajo y Bill Ward en la batería, nada de esto hubiera sido posible.
Mención aparte
Otras bandas que, aunque no estuvieron presentes en el escenario principal, conquistaron al público mexicano fueron Tenacious D y su metal cargado de comedia.
Overkill y su demoledor “thrash metal”, el “metal sinfónico” de Epica, así como el “metal extremo” de la banda mexicoestadounidense Brujería.
Los británicos de Saxxon y su “heavy metal” estuvieron desde temprano en el escenario principal, por lo que la gente que arribó al lugar después de las 16:00 horas no pudo apreciarlos.