Saltillo, Coahuila / 21 agosto 2018
A la báscula
Julián Parra Ibarra
A poco menos de un año de haber tomado posesión como Gobernador del Estado, los vientos que soplan sobre Coahuila, parecen ser favorables para Miguel Ángel Riquelme Solís en muchos sentidos, con todo y el enorme problema que le fue heredado de la deuda, y que se quiera o no, es una enorme loza con la que se viene lidiando en la entidad, y que deja muy poco margen de maniobra al mandatario estatal.
Algunas amarras que le impedían adentrarse en el mar del crecimiento económico, parece que el tiempo las ha venido desatando, el terreno se viene despejando, y el panorama empieza a ser más amable para el torreonense.
Varias de las candidaturas a las alcaldías que estuvieron en juego durante la jornada electoral el 1 de julio pasado –varias de las cuales se perdieron-, así como algunas posiciones importantes en el tablero político y partidista, mantenían el sello de su antecesor en el puesto. Lo que tradicionalmente se conocía como el pago de cuotas. Cualquier tipo de deuda que le pudiera atar al pasado, según se ve, han quedado saldadas.
Quedaba por ahí un hilo conductor, pero que a partir de la semana pasada quedó roto con los movimientos que se generaron –haya sido la razón que los haya motivado-, en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI. Las amarras existentes han quedado sueltas y ahora solo queda ver hacia el frente.
A partir de este momento –y creo que hay un buen tiempo- Miguel Ángel Riquelme empezará a escribir su propia historia como mandatario, sacudiéndose totalmente cualquier representación del pasado. Cierto es que el principal obstáculo sigue siendo la Mega Deuda que la anterior administración recibió con más de 34 mil millones de pesos, y que luego heredó con más de 36 mil millones, pero con un pago de intereses de más de dos terceras partes del capital.
21Es decir, en seis años la deuda no solamente no bajó, sino que se incrementó, a pesar del pago de cerca de 26 mil millones de pesos de intereses. El problema no parece sencillo –no lo es-, pero Riquelme Solís y su equipo financiero, sabrán capotearlo y tomar el toro por los cuernos, con todo y que en Coahuila estén prohibidas las corridas taurinas.
O por lo menos las condiciones parecen estar dadas para ello.
@JulianParraIba