La modelo y playmate del año 1998 de la revista Playboy, Karen McDougal, en una entrevista que el jueves pasado le concedió a Anderson Cooper de CNN, narró la supuesta relación sentimental de 10 meses de duración que sostuvo con Donald Trump durante los años 2006 y 2007, cuando tenía 35 años y el magnate neoyorquino 60, relación que empezó solo unos meses después de que Melania Trump, la esposa del hoy presidente, diera a luz al hijo de ambos.
En la entrevista McDougal describe como Trump intentó pagarle por sus servicios después de que sostuvieran su primera relación sexual y cómo éste se sorprendió cuando ella se negó a aceptar su dinero. También narra cuando la invitó a su lujoso departamento en la Trump Tower, donde se sintió avergonzada cuando el magnate le mostró la recámara de Melania, a quien después conoció en un evento del programa de televisión de Trump. Dijo que Trump la comparó favorablemente con su hija mayor, Ivanka Trump.
“Dijo que era hermosa como ella”, dijo McDougal, “No hubo muchas comparaciones, pero hubo algunas.
Escuché mucho sobre ella”.
Trump también habló de Ivanka con la actriz de películas pornográficas Stormy Daniels, con quien supuestamente tuvo una relación sexual, también en 2006.
Daniels, que fue entrevistada el domingo, también por Anderson Cooper, en el programa 60 Minutes de CBS, describió como hizo que Trump se bajara los pantalones para que ella le pudiera dar unas nalgadas con una revista TIME en donde éste aparecía en la portada.
La actriz aseguró que solamente tuvo un encuentro sexual, sin protección alguna, con Trump, y que después, por miedo a que éste la lastimara, aceptó firmar un contrato de no divulgación y 130,000 dólares que unos días antes de la elección presidencial de noviembre de 2016 le entregó el abogado del magnate.
En otros tiempos, casos como los de la playmate y la actriz porno hubieran bastado para poner en graves aprietos al presidente estadounidense. Hoy la realidad es diferente y éste se limita a negar que tuviera las relaciones, seguro de que sus seguidores no lo abandonarán.
Sin embargo, para desviar la atención del público a otros asuntos, Trump decidió ayer expulsar de su país a 60 diplomáticos rusos como respuesta al intento de asesinato en Londres de un exespía ruso que fue hospitalizado el pasado 4 de marzo tras ser expuesto a un agente químico.
Curiosamente, cuando habló hace algunos días con el presidente ruso Vladimir Putin, Trump no se refirió al caso del espía ruso, lo que hace pensar que la expulsión se decidió sólo para que los estadounidenses hablen de este asunto y no de las supuestas infidelidades de su presidente.
Qué peligroso es para el mundo que la relación Estados Unidos-Rusia dependa de los escándalos del Donald Trump.