Por Luis Guillermo Hernández Aranda
En los últimos años ha habido un boom en la realización de narco series. Producciones que tienen en común las ganancias que obtienen, pero sobre todo la apología de la violencia. Uno de los principales beneficiarios y exponentes de este género es Epigmenio Ibarra, el productor favorito de Andrés Manuel López Obrador, quien a través de su productora Argos ha ganado mucho dinero con series como El Señor de Los Cielos.
El servicio de streaming no se ha quedado atrás y Netflix también ha apostado a este género con series como Narcos o El Chapo, en las cuales el criminal se convierte en un antihéroe que incluso genera más simpatías que odio. Constantemente se manda el mensaje que delinquir es una forma de obtener riquezas y pasarla bien.
Afortunadamente este no es el caso de Somos, la nueva producción de Netflix que nos recuerda la matanza de Allende, episodio que nunca debió suceder en Coahuila y por ende en México.
Somos tiene el gran acierto de contar esta triste historia desde los ojos de las víctimas, aquí no hay apología de la violencia, por el contrario, nos conmueven las historias al mismo tiempo que nos generan miedo, coraje y tristeza.
Es importante recordar lo que sucedió en Allende la tarde del viernes 18 de marzo de 2011, donde entre las 18:30 y 19:00 horas, al menos 60 sicarios del cartel de Los Zetas derribaron con una camioneta el portón principal del rancho de “Los Garza”. En las siguientes 48 horas desaparecerían 42 personas, o algunas investigaciones hablan de hasta 300. De ese tamaño fue la masacre que incluso diez años después no hay un número exacto de las víctimas.
La serie nos recuerda la impunida con la que operan los grupos del crimen organizado, donde ningún nivel de gobierno actúa para cumplir con su deber fundamental de brindar seguridad a los ciudadanos. Allende es una tragedia que no se comprende sin la complicidad de las autoridades.
Somos es un espejo que nos recuerda los años de mayor violencia en Coahuila. Y aunque narra la tragedia de Allende es imposible no identificarse con lo que vivió Torreón en esos años, donde los delincuentes cobraban derecho de piso a los comerciantes, secuestraban y golpeaban a plena luz del día a aquellos que no obedecían sus órdenes. Quienes trabajábamos en medios de comunicación vivíamos con el miedo constante de un ataque o de una llamada que te indicara que hechos hacer públicos y cuáles no.
Basado en el reportaje “Cómo Estados Unidos desencadenó una masacre en México”, de la periodista estadounidense Ginger Thompson, Somos se convierte en una serie obligada, como la investigación de Sergio Aguayo y otros textos periodísticos, para entender la tragedia de Allende que dejó como sobrevivientes a un niño de 5 años y una niña de tres. Incluso los hechos en su momento fueron negados por el gobernador, Jorge Torres López, de ese tamaño fue la negligencia de las autoridades. Somos es un espejo doloroso, pero del cual debemos aprender para que no se vuelva a repetir esta historia.
@lharanda