Río Babel

De Teuchitlán a Coahuila
Por Luis Guillermo Hernández Aranda
El hallazgo de un campo de exterminio ubicado en el rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, evidenció nuevamente que las autoridades han perdido desde hace mucho tiempo la batalla contra el crimen.
También puso de manifiesto una vez más la nula empatía de varios actores de la 4T que prefieren trasladar culpas al villano favorito, Felipe Calderón, en vez de hacerse responsables del desastre que en materia de seguridad dejó Andrés Manuel López Obrador.
Como sociedad no podemos perder de vista que en 2024 se presentó la cifra más alta de personas desaparecidas, más de 31 mil, y que fue en el sexenio anterior donde se rompieron todos los récords como consecuencia de la fallida estrategia de “abrazos no balazos”.
Durante el sexenio de López Obrador, en promedio, desapareció una persona cada hora en el país. En el gobierno de Felipe Calderón, cuando inició la militarización de la seguridad pública, ocurrieron 0.49 desapariciones por hora, y en el de su sucesor, Enrique Peña Nieto, fueron 0.64.
Hoy la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tiene que cargar con una pesada herencia que además del dolor que nos provoca como sociedad, alienta la percepción que tiene Estados Unidos de México: un país donde las autoridades están coludidas con el crimen.
Para Andrea Horcasitas Martínez, Encargada del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana, “el fenómeno de las desapariciones en México es único en el mundo, sobre todo porque no estamos en una situación de conflicto declarado, una guerra civil como en Siria, una guerra entre países como sucede con Ucrania y Rusia o lo que sucede con el genocidio palestino”.
La realidad que se vive a lo largo y ancho del país contrasta con Coahuila. En este escenario toma relevancia las declaraciones que el miércoles hizo en Torreón el gobernador, Manolo Jiménez, donde de manera contundente dijo: “nos vamos a poner sumamente estrictos aquí en Coahuila”, llamando a la sociedad civil a cerrar filas para impedir que entre el crimen organizado.
Frente autoridades militares, representantes de la sociedad civil, funcionarios municipales y estatales, el gobernador dijo: se deben de cerrar todas las ventanas, para que la sociedad no se relaje y se vayan normalizando temas.
“Es importante que, como comunidad, rechacemos todo lo que tenga que ver con el crimen organizado, todo: corridos, prácticas, fiestas, todo; porque por ahí se pueden colar y ya para cuando acordamos, están adentro y controlan”.
La tragedia que hoy vive Jalisco no se puede explicar sin la complicidad de las autoridades locales, de ahí la importancia de aprender de esos errores ´para blindar Coahuila y mantener la paz que hoy gozamos. El trabajo es de todos, de ahí la importancia del llamado que hace el gobernador para entre todos cerrarle la puerta al crimen.