Banner

El medio que cubre todo Coahuila

16 de febrero de 2025
Opinión

Paralaje

Paralaje
  • enero 16, 2025

La maestra Lupita

Por Hugo Díaz Aguilera

De nueva cuenta aires de tormenta se comienzan a sentir en la escuela Miguel Hidalgo de Sabinas Coahuila, toda vez que de nueva cuenta los padres de familia comienzan a retomar la idea de detener las actividades escolares en el plantel ante el incumplimiento de un acuerdo tomado hace algunas semanas con autoridades educativas para no incorporar al personal de esa institución educativa a una persona cuyos antecedentes, al decir de los padres, lo convierten en un peligro latente para los niños y las niñas que ahí estudian.

Desde la llegada de la maestra María Guadalupe Campos Villarreal a la dirección de la escuela, el distanciamiento entre los padres de familia y la dirección del plantel han marchado de una manera trompicada y accidentada desembocando en momentos nada gratos ni favorables para la comunidad de niños y niñas que reciben ahí su instrucción primaria.

Por recordar un botón, aquella ocasión en que un padre de familia cansado del acoso que vivía su hija aunado a actos de discriminación por parte de la ya directora Lupita Campos y el desinterés de las autoridades por escuchar sus reclamos, decidió encadenarse a las puertas de la escuela y solo de esa manera pudo ser atendido.

Quienes sabemos conocemos el trabajo frente a grupo de Lupita, fue extraordinario, sin embargo en la mayoría de los casos, ser buen maestro frente a grupo no garantiza una buena gestión como director de una institución educativa; hemos visto cómo destacados beisbolistas, no llegan a ser buenos managers, o como el mejor jugador mexicano de futbol en todos los tiempos (Hugo Sánchez) no ha podido desempeñarse como un gran director técnico.

La docencia como cualquier trabajo, cobra factura, entre los maestros se dice que los alumnos roban energía al docente, es probable que la maestra Lupita viva el síndrome de Burnout en la docencia que según estudios provoca cansancio, desinterés y distanciamiento con los alumnos.

Lazarus y Folkman (1984) describen este problema como un conjunto entre la persona y una situación, y cuando esta última supera la capacidad del individuo pone en riesgo su bienestar personal, y por ende la armonía en su entorno.

Lupita Campos debe mostrarse empática con los alumnos (y madres de familia) y velar no solo por que tengan un aprendizaje significativo en la escuela sino además vigilar y supervisar que se atienda lo que la Nueva Escuela Mexicana sugiere “un modelo pedagógico que toque el corazón de las personas, un modelo humanista que vea por la seguridad de los niños y las niñas”. 

La directora tiene frente así una gran oportunidad para aterrizar los principios fundamentales de la docencia frente a cualquier interés que se distancie del objetivo central que es formar nuevos y buenos ciudadanos en un entorno que los haga sentirse a gusto y seguros que nadie los va a dañar.

Sería de gran desagrado volver a convertirse en protagonista central de otro oscuro capítulo suscitado en una de las escuelas primarias insignia de la tierra que hoy por hoy es considerada la capital de la Región Carbonífera, una escuela de muy alta demanda de niños y niñas de distintos sectores de la ciudad independientemente a la clase social a la que pertenezcan.