Saltillo, Coahuila / 20 junio 2018
Por: Hugo Díaz
A pocos días que las campañas políticas terminen para dar paso al día de las elecciones, ha quedado a nivel nacional y estatal muy claro que no existe el valor de la cordialidad en nuestros candidatos a los diferentes puestos de elección popular. Cordialidad, es amabilidad que representa la manera de establecer unos principios internos que nos rijan al tratar a los demás de buena manera. Una persona cordial, es la que comprende las diferentes culturas y aplica el respeto para tratar a cualquier persona.
Reparemos en los huevos que le lanzaron a Claudio Brés en Piedras Negras, la discusión durante un velorio de dos candidatas a la alcaldía de Melchor Múzquiz o la partida de “madre” que le quiere dar el “Pato” Zambrano a un candidato a la alcaldía de Monterrey, entre otros botones que podemos citar.
En Sabinas hay cuatro candidatos de esos en peligro de extinción. Dos de ellos simbólicamente han pactado una campaña que hasta ahora han cumplido, de auténticas propuestas, cero agresiones y muchas propuestas, es decir campaña de civilidad y respeto. Los candidatos en cuestión: Enrique Ibarra y Cuauhtémoc Rodríguez tienen en común que sus hijas son barrileras, los dos quieren el progreso de Sabinas, son empresarios, entre otras afinidades.
Lo anterior pudiera parecer trivial si no recordamos que las últimas tres campañas para la presidencia de Sabinas fueron de golpes bajos y altos, panfletos haciendo alusión a cuestiones personales de los candidatos y sus familias, sin faltar las demandas por amenazas de muerte entre protagonistas de las contiendas.
Los ahora candidatos se encontraron durante una plática en la Canaco de Sabinas y ahí reafirmaron el compromiso ¿Qué interés entonces pudiera tener una campaña que no tiene el toque de chismes que gustan al mexicano?
En su trabajo sobre el libro El valor de educar del escritor y filósofo Fernando Savater, sostiene que desde una perspectiva filosófica, la educación es el arte de llegar a ser humano, porque a diferencia de los demás seres, el hombre nace humano, pero “sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás nos contagian su humanidad a propósito y con nuestra complicidad.
Queda claro, en un país tan convulsionado con personajes de la política queriendo dividir a la nación; en una entidad como la nuestra donde la animadversión entre grupos políticos lleva a creer que hay coahuilenses buenos y coahuilenses malos lo recomendable es sin abandonar el espíritu de competidor de la contienda, ser cordial en todos los sentidos.
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