Paralaje

Regidores y síndicos
Ya lo he apuntado en otras ocasiones y he sido muy enfático al referirme al papel que juegan regidores y regidoras en la práctica de función como servidores públicos; si pudiéramos preguntarle a la gente que en estos momentos se encuentra con nosotros a cuántos regidores y regidoras del municipio donde usted vive conoce, reparemos en el porcentaje que representa del total la posible respuesta que le den. Me atrevería a decir que no supera 20% del cuerpo edilicio, es decir, la gente no conoce a los integrantes del cuerpo edilicio, y esto pasa por una sencilla razón: no trabajan, no realizan una actividad que propicie que su figura y nombre se queden grabados en nuestras mentes, y peor aún, como nadie les exige, ellos se la llevan de a muertito. Se sabe y para nadie es desconocido la forma en que la mayoría de los ediles (salvo presidentes y presidentas) llegaron a donde están. Por compadrazgo, por favoritismo, porque recorrieron la milla en la campaña, un largo etcétera, pero muy pocos, por no decir ninguno, llegó por capacidad. Puedo asegurarle incluso que las comisiones a las que fueron designados, pocos son los que cumplen los perfiles para tal o cual encomienda, esto es, casi todos traen ganas de trabajar, todos quieren hacer buen papel a ver si los toman en cuenta para la reelección, el punto es que quieren trabajar a su modo y quieren que bajo sus criterios la gente los mida, Por ejemplo, los hay quienes dicen que donarán la mitad de su sueldo ( no se sabe a donde pero lo van a donar) y ya por eso creen que hacen mucho; otros que solo andan pegados con los alcaldes y refriteando en entrevistas a modo lo que hace el alcalde; otros se la pasan en redes sociales entablando comunicación de todo tipo menos de su labor como regidores en el ayuntamiento; no faltan los vicepresidentitos que quieren andar en todo nada más estorbando; sin faltar los que únicamente van a las juntas de cabildo para taparle el ojo al macho. Cuantos de estos personajes piensa usted que están leyendo y/o consultando algún reglamento municipal para aplicar reformas y adecuarlo a las nuevas necesidades de la población, implementar medidas para disminuir los casos de suicidio, evitar la proliferación de motocicletas ilegales, depurar el parque vehicular que albergan los corralones, adecuación de rutas de transporte colectivo para hacerlo más eficiente, estudios de factibilidad para la semaforización con la que cuenta el municipio y otro largo etcétera. Como cualquier empresa, nuestra sociedad no mejorará si no tenemos administradores cuyos perfiles no cumplan con un estándar que nos permita aspirar a mejores servicios públicos, si seguimos permitiendo que sea nuestro corazón el que gobierne el sentido del voto popular difícilmente podremos encontrar a las personas que tengan una solución para los problemas que hoy vivimos. Los regidores y regidoras forman parte de ese aparato gubernamental establecido para la atención, desde debajo, de hechos que pueden convertirse en fenómenos y posteriormente en problemas sociales.