@mmsoriano
Como una prioridad improrrogable debe el PAN asumir que si no limpia Saltillo, perderá sin remedio la elección para gobernador de Coahuila.
De hecho, si ya la traen perdida, avalar el mal gobierno de Isidro López y solaparle sus abusos sería un suicidio.
La historia ya la conocemos. En 2013 y debido a traiciones en el PRI, ocurrió un milagro e Isidro llegó a la presidencia por escasos 12 mil votos.
De ahí, todo fue bajada: en el 2014 perdieron cuatro diputaciones locales en esta capital (16-0 en el estado) y en el 2015 se los abrocharon con las dos federales (7-0 en total).
Y no culpe usted al PAN o a sus candidatos por lo que pasó. Ellos perdieron arrastrados por el pésimo trabajo de Isidro, por no cumplir sus mentiras de campaña, por su opacidad en la tesorería y claro, por su voraz saqueo del erario.
El PAN y Ricardo Anaya no deben evadir la realidad: si queren competir en el 2017 primero deben limpiar el mugrero de Isidro, sancionarlo y ponerlo en su lugar, que esperemos, sea el CERESO.
Digo, si no quieren que los apaleen. Otra vez.