Las encuestas muestran que temas que antes no nos preocupaban a los mexicanos hoy nos quitan el sueño. Hasta hace no muy poco la corrupción y la impunidad que desde siempre han existido en nuestro país parecían no molestar a la mayoría, tal vez porque muchos pensaban que tarde o temprano algo les tocaría del botín. Hoy, los políticos en campaña prometen acabar con ambas sin explicar muy bien cómo lo piensan hacer, pero ya es un comienzo.
Antes, hace no mucho tiempo, nuestros gobernantes, sin importar a cuál partido político pertenecieran, aseguraban que la violencia no afectaba a la economía del país pese a que muchos denunciábamos, basados en los fríos números, que sucedía lo contrario. Hoy no hay político o funcionario que se atreva a asegurar tal estupidez.
Tarde o temprano la realidad se impone sobre las mentiras, la demagogia y la propensión que tienen los políticos de negar una mala situación que no les conviene aceptar porque son en gran medida responsables de la misma.
Los lemas de los candidatos que desde 2000 a 2012 ganaron la Presidencia de la República muestran cómo sus promesas se adaptaban a la realidad en ese momento.
En 2002 Vicente Fox prometió “Sacar al PRI de Los Pinos” porque entendió que la mayoría de los mexicanos estaba harta de 70 años ininterrumpidos de gobiernos federales en manos de priistas. La historia muestra que la alternancia no significó el anhelado cambio de régimen.
En 2006 Felipe Calderón prometió ser el “Presidente del Empleo” después de que no lo benefició presentarse ante los votantes su oferta como el candidato de “las manos limpias”. Los números muestran que durante la presidencia de Calderón sólo se generaron la mitad de los empleos formales que debían crearse: 2.3 millones en seis años.
En 2012 Enrique Peña Nieto, consciente de que ya nadie creía en las promesas que hacen los políticos en campaña, se comprometió ante un notario cumplir las suyas. “Te lo firmo y te lo cumplo” fue su lema.
Desafortunadamente para México, ni el firmar ante notario sirvió de mucho ya que, de acuerdo con una investigación realizada por www.sinembargo,com, al 3 de febrero pasado el presidente sólo había cumplido 102 de 266 promesas, 38.4 por ciento del total. La oficina de la Presidencia aseguró que antes de acabe su sexenio el Presidente habrá cumplido con las 164 promesas faltantes, aunque es poco probable que pueda hacerlo.
Hoy, los cinco candidatos presidenciales prometen acabar con la corrupción, la impunidad y la violencia. El 1 de julio sabremos cuál de ellos convenció más a la mayoría de los votantes y en 2018 sabremos qué tanto falló el Presidente saliente mientras nos preparemos para escuchar las promesas de quienes buscarán la Presidencia en 2024.