La llamada me llegó muy temprano. Una madre se quejó, muy molesta, porque en la secundaria Urbano Flores el director obligó a todos los estudiantes a escuchar una “plática” impartida por miembros de una secta de extraños métodos –homofóbica y evangélica– que opera en Saltillo.
Dicha secta es tristemente célebre por su marcado odio contra la población homosexual y se dedican –según ellos– a “curarlos de su enfermedad”. Además –dicen ellos también– “rehabilitan adictos” a quienes esclavizan como vendedores de burritos mientras “se alivian”
La quejosa me dijo: “violaron las garantías individuales de nuestros hijos” y tiene razón. Para empezar, el Artículo 3º de la Constitución garantiza que la “educación será laica, por completo ajena a cualquier doctrina religiosa”, “luchará contra la ignorancia, los fanatismos y los prejuicios” y “fortalecerá el respeto a la diversidad e igualdad de derechos de todos”
Denuncié el hecho vía Twitter y la Secretaría de Educación informó de inmediato que el caso “ya estaba en el jurídico” y que “habría sanciones”.
Confiemos entonces que las habrá y claro, que se evite en el futuro este tipo de prácticas lesivas a la formación de nuestros jóvenes. Se pasan.
@mmsoriano
DGM/OPB