Por Luis Guillermo Hernández Aranda
Su naturaleza es la misma, sus condiciones de vida no lo son. Las mujeres indígenas están condenadas a la pobreza. Las mujeres de la ciudad luchan diariamente por superarse. Ambas se enfrentan a un ambiente hostil y machista, donde la violación a sus derechos es la constante.
Pareciera que los avances logrados no continuaron y por el contrario están condenados al olvido. Sobre todo cuando desde el gobierno federal, e incluso local, predominan las visiones machistas.
Los ejemplos sobran bajo el argumento de combatir la corrupción. Prueba de ello fue la decisión de Andrés Manuel López Obrador de cancelar los apoyos a las estancias infantiles. Espacios que son de gran ayuda y apoyo para las mujeres trabajadoras.
Cancelar las estancias significa dejar sin espacios de cuidado infantil a 329 mil 753 niñ@s, donde no sólo se les cuida sino tienen grandes beneficios para su desarrollo social y cognitivo. La medida, sin bien afecta directamente a los infantes también las mujeres son perjudicadas, ya que el 34 por ciento de las madres beneficiarias han dicho que tendrían que dejar su trabajo. Decisión que afecta la economía familiar.
A pesar de que las estancias infantiles han sido reconocidas por la ONU como uno de los mejores programas públicos de México y que la UNICEF lo considera como una medida efectiva para proteger los derechos de los niños, López Obrador cancela el programa argumentando que ahora se darán mil 600 pesos bimestrales a las familias para el cuidado de los hijos, cantidad que obviamente es insuficiente. Es cierto hay casos de corrupción documentados pero ¿por qué no castigar sólo a quien hizo mal uso de los recursos? Por el contrario se les está negando la posibilidad a los pequeños y a las madres de mejorar sus condiciones de vida.
Una segunda afrenta contra las mujeres se dio cuando se anunció que se quitarían los apoyos a los refugios de mujeres violentadas. Sí en un país donde los feminicidios van al alza y la violencia intrafamiliar no descansa. El argumento: nuevamente la corrupción. Todo se justifica con el fantasma del pasado pero casualmente no hay culpables ni castigos, sólo se afecta a los más vulnerables.
Paradójicamente un gobierno que se dice de izquierda y progresista elimina programas que dañan a los más necesitados. Sin contar que evade la discusión del derecho a abortar.
A nivel local el gobierno de Jorge Zermeño dio la nota cuando el pasado 8 de marzo celebró a las mujeres con la inauguración de un monumento (que después se dijo que era un anti monumento) que consistía en un árbol de sartenes, lo que indignó a los colectivos de mujeres.
Adriana Romo, integrante de la Red de Mujeres de La Laguna, dijo. “Como si no hubiera necesidades urgentes y apremiantes para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, realizan algo absurdo, algo ridículo, con todo y que digan que no se entendió la obra”.
En 2019 la equidad de género es la gran asignatura pendiente, sobre todo cuando desde el poder no hay políticas públicas que dignifique el papel de la mujer y proteja sus derechos, por el contrario se privilegian los estereotipos y los prejuicios.
@lharanda