Por: Hugo Díaz
Algo raro está sucediendo en el sector educativo de Coahuila o al menos en la Región Carbonífera en el nivel medio superior.
Para nadie es desconocido que en la pasada administración se abrieron escuelas de nivel medio superior por doquier y fueron presumidas pomposamente como un estado preocupado por su juventud, la muestra, más escuelas preparatorias para estudiar.
De esa manera al subsistema CECyTE se le adhirieron los colegios de bachilleres y los telebachilleratos de los cuales se dijo que vendrían a convertirse en una opción para aquellos jóvenes que por las distancias no tenían acceso a las escuelas preparatorias de la ciudad.
Años atrás con las escuelas media superior a distancia conocidas como EMSAD se empezó a atender a esa población. Algunos de esos planteles se convirtieron en CECyTE y comenzaron a ofertar el bachillerato acompañado de una carrera técnica que guardaría total pertinencia con la demanda empresarial de cada región.
Sin embargo en la actualidad todo parece indicar que para el ciclo escolar que está por comenzar el número de alumnos que emigran de las escuelas secundarias no empata con la amplia oferta que en preparatoria se brinda por parte de los gobiernos.
Lo anterior podría ser visto por los que les gustan las estadísticas como algo pasajero y que la curva de egresados de secundaria se encuentra dentro de los límites inferior y superior.
Por el momento ya se proyecta una baja en la cantidad de horas-clase que maestros tendrán como carga laboral para el siguiente semestre, no en vano se ha abierto una segunda oportunidad para presentar examen de admisión en escuelas coahuilenses de este tipo. La preocupación de los docentes es tal que se han organizado monetariamente para contratar publicidad de sus respectivas escuelas.
Hay instituciones en las que están hechando mano no solo de las benditas redes sociales para promocionar los CECyTE sino también en los medios tradicionales, el costo de la publicidad absorbida por los maestros que no desean que su carga laboral se vea mermada y con ello el ingreso familiar.
Hay docentes que buscan se presuma todo lo que cada escuela tiene, no solo la parte académica, sino también los títulos y cédulas que se brindan, el problema es que ya no hay alumnos.
¿A quién se le olvidó realizar un estudio de factibilidad para detectar la demanda que se daría en estas fechas en media superior y cotejarlo con el número de escuelas y su capacidad?